Momento Espírita
Curitiba, 22 de Dezembro de 2024
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ícone Decisión de ser feliz

¿Hemos pensado ya que ser feliz puede estar relacionado más con una decisión que con un conjunto de circunstancias y acontecimientos esperados?

En un primer momento, puede parecer ingenuo hablar de felicidad en un mundo como este, ¿verdad?

Los que así pensamos, partimos de un principio contaminado por una idea principal: la de que la felicidad depende de factores externos a nosotros.

Es un concepto común, construido por la visión materialista de la vida, a lo largo del tiempo.

Es frágil y peligroso, porque ponemos la felicidad bajo la influencia de factores que, en su mayoría, están fuera de nuestro control: la riqueza, la belleza física, el poder, el éxito.

¿Y si imagináramos la decisión de ser felices como una lente que ponemos delante de nuestros ojos?

Así es, una forma diferente de mirar las mismas cosas, de lidiar con las mismas cuestiones todos los días.

De esta forma, retiramos mucho de lo que es externo y pasamos para lo interno porque, quien decide cómo ver las cosas, cuál es su significado, su valor, es uno mismo, individualmente.

Pero, ¿qué pasa si nuestros valores internos están contaminados? ¿Si nuestra lente distorsiona las cosas?

Consideremos, en primer lugar, que cada lente es única. No esperemos nunca igualdad.

En segundo lugar, la influencia del desarrollo de la visión espiritual de la vida, que de muchas formas hace nuestras lentes más nítidas, sensatas y maduras.

Crecer intelectualmente y, sobre todo, en virtudes morales, esculpe lentes sabias en el alma.

Con esto, nos daremos cuenta de que elegiremos una vida de paz, más feliz.

La elección no nos exime, de ninguna manera, de los percances, de los sufrimientos y de las duras pruebas. Sin embargo, la forma en que los abordamos será distinta.

Los males pasan a ser desafíos. Las desgracias se convierten en preciosas lecciones. Las enfermedades son procesos de liberación.

Las pequeñas bellezas de los días, las maravillas del Universo perfecto, el equilibrio de las leyes mayores, son percibidos con mayor frecuencia.

Ahí está la lente cambiada, la propuesta de ser feliz.

Cuando en la trayectoria terrestre solo vemos sufrimiento y derrota, necesitamos ayuda directa.

Las patologías muestran, cada vez más, que algunas lentes llegan a distorsionar la realidad de tal forma, que no somos capaces de resolverla solos.

No es demérito pedir ayuda. Al contrario, es signo de sabiduría, de conciencia, de despertar.

*   *   *

La vida es una bendición y debe ser mantenida sana, alegre, prometedora, incluso bajo el mandato liberador de pruebas y expiaciones.

Hagamos nuestra vida agradable, haciendo lo posible, amándonos a nosotros mismos, al prójimo y a Dios, pues así nunca nos faltarán razones para ser felices.

Y cada vez que el desaliento llame a la puerta, recordemos la decisión de ser feliz, decisión de cada mañana.

La decisión de nuestra vida cuando, antes de llegar a esta nueva encarnación, desde las ventanas del mundo espiritual hemos dicho:

Seré feliz, continuaré en la construcción de mi felicidad íntima, velando por el bien de todos, en otra inmersión dichosa en este querido planeta, que me recibe con los brazos abiertos.

Redacción del Momento Espírita.
El 25.8.2023.

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