¿Usted
considera fácil el arte de educar a los hijos?
Salvo
rarísimas excepciones, los educadores bien intencionados enfrentan grandes
dificultades para alcanzar sus metas referentes a la educación.
Por
esa razón, vale la pena echar mano de las experiencias de algunos padres que
obtuvieron buenos resultados con lecciones sencillas y eficientes.
Esta
es una de las tantas historias de padres que se debaten con hijos haraganes o
desanimados.
Cierta
tarde el papá salió para un paseo con sus dos hijas, una de ocho y la otra de
cuatro años.
En
determinado momento de la caminata, Elena,
la hija más pequeña, le pidió a su
padre que la cargara, pues estaba muy cansada para continuar andando.
El
padre le contestó que también estaba muy fatigado, y ante la respuesta la niña
empezó a lloriquear y a remolonear.
Sin
decir una palabra, el padre cortó una pequeña rama de un árbol y se la entregó
a Elena diciéndole:
-
¡Mira, aquí tienes un caballito para montar, hija! Te ayudará a seguir
adelante.
La
niña dejó de llorar y se puso a cabalgar la ramita verde tan rápido, que llegó
a su casa antes que los otros. Quedó
tan encantada con su caballito, que fue difícil hacerla parar de galopar.
La
hermana mayor se quedó intrigada con lo que vio y le preguntó al padre cómo
entender la actitud de Elena.
El
padre se sonrió y le respondió diciendo:
-
Así es la vida, hija mía. A veces uno está física y mentalmente cansado,
creyendo que es imposible continuar, pero encontramos entonces un
“caballito” cualquiera que nos da ánimo otra vez.
-
Ese caballito puede ser un buen libro, un amigo, una canción...
-
Así, cuando te sientas cansada o desanimada, recuerda que siempre habrá un
caballito para cada momento, y nunca te dejes llevar por la pereza o el desánimo.
La
educación es un arte y, como tal, necesita de sensibilidad y dedicación por
parte de quien educa.
Medidas
sencillas pueden dar resultados excelentes cuando movidas por el amor legítimo
y las ganas sinceras de hacer crecer espiritualmente a quien se está educando.
Contrariamente
a lo que se piensa, los niños son maleables a las enseñanzas que se les
imparte, desde que sientan, juntamente con la teoría, las vibraciones de afecto
y cariño por parte de los educadores.
***
”La
mejor, la más eficiente y económica de todas las modalidades de asistencia es
la educación, por ser la única de naturaleza preventiva. No remedia los males
sociales; los evita”