Momento Espírita
Curitiba, 22 de Dezembro de 2024
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Han dicho que no ganarás en lo que estás buscando.

Que tu enfermo querido está en el ambiente de la muerte.

Que pasarás una larga noche de pruebas.

Han dicho que no encontrarás el trabajo que más deseas.

Que no te recuperarás de ciertas pérdidas que has sufrido.

Que tus sueños más albergados no se harán realidad.

Han dicho que tus seres amados lejanos no volverán jamás a la convivencia cercana.

Que el desgaste del cuerpo físico no te permitirá alcanzar esas conquistas que tanto anhelas.

Que por tal o cual culpa caminarás por la Tierra constantemente entre piedras y espinas.

Todo eso te han dicho...

Sin embargo, sigue actuando y sirviendo, orando y esperando, porque las opiniones de Dios son diferentes.

*   *   *

Las leyes de Dios nos presentan otros caminos, otras posibilidades de victorias, que no siempre son las obvias ni las que nuestro corazón desea.

Nuestros amores se enferman en la estrecha dimensión del mundo de los cinco sentidos aunque, muchas veces, la enfermedad que los tiene preocupados es la redención que han elegido y necesitan para conquistar su liberación.

Las formas de ocupación útil de servir, en los días actuales, se multiplican a una velocidad que casi no se puede acompañar.

Nuevos mercados, nuevas necesidades, nuevas empresas surgen aquí y allá, de forma asombrosa.

Es importante estar dispuestos al trabajo, preparados para servir donde se nos necesite.

Es fundamental poner nuestra creatividad y potencial a disposición de nosotros mismos. Cada día surgen nuevas oportunidades. Confiemos.

Al fin y al cabo, ¿qué son realmente las pérdidas?

Ya hemos descubierto que la riqueza del mundo cambia de manos en un abrir y cerrar de ojos. Lo que fue nuestro, parece como si nunca lo hubiera sido, porque se ha desintegrado, convertido en polvo.

En realidad, nunca nos perteneció. Los bienes de la Tierra son todos de uso temporal, son bienes para el mantenimiento de la vida, mientras estamos aquí. No son bienes perennes.

Los perennes son aquellos que la polilla y el óxido no consumen, los ladrones no roban. Esos sí son nuestros. El resto es usufructo.

Y si hablamos de la pérdida de personas, hay que repensar el verbo utilizado.

Nos alejamos momentáneamente, cuando la desencarnación devuelve al mundo invisible el alma de los seres queridos.

 La sensación que nos envuelve es la de habernos quedado solos. Sólo estamos en direcciones distintas, pero no hemos perdido a nadie.

Al contrario, si supimos amar, si construimos algo grandioso viviendo juntos, todos ganamos y salimos de cada final de existencia mucho más maduros de lo que llegamos.

Aunque seamos responsables de nuestros errores, incluso siendo deudores del pasado, la existencia nos abraza con amor. Las leyes quieren educarnos y no castigarnos.

Veamos, pues, cuán diferentes son las opiniones de Dios de aquellas que sólo perciben una pequeña porción de la verdad. Una porción, casi siempre, formada por trozos de un espejo borroso.

Sigamos, actuando y sirviendo al bien.

Sigamos, orando y esperando.

La victoria nos pertenece. Dios sigue con nosotros cada día, cada hora.

Redacción del Momento Espírita, con base
en el cap.
Disseram, del libro Momentos de
Paz, por el Espíritu Emmanuel, psicografía
de
Francisco Cândido Xavier, ed. FEB.
El 18.5.2023.

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