Momento Espírita
Curitiba, 22 de Dezembro de 2024
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ícone La aguja perdida

Hay una leyenda que cuenta que, cierta noche, las personas vieron a la gran maestra Rabia buscando algo en la calle, frente a su cabaña.

Se reunieron a su alrededor y le preguntaron: ¿Qué pasó? ¿Qué está buscando?

Y Rabia respondió: He perdido mi aguja.

Todos se dispusieron a ayudarla en la búsqueda.

Entonces, alguien preguntó: Rabia, es una calle larga, la noche se acerca y pronto no habrá más luz. Una aguja es una cosa tan pequeña. Si no nos dice exactamente dónde cayó, será difícil encontrarla.

La respuesta de la maestra fue: No me preguntes eso. No plantees esa cuestión de ninguna manera. Si quieres ayudarme, ayúdame, de lo contrario, no plantees esa cuestión.

Todos los que estaban buscando, se detuvieron e insistieron: ¿Cuál es el problema? ¿Por qué no podemos preguntar eso? Si no nos dice dónde cayó, ¿cómo podremos ayudar?

Ella aclaró: La aguja cayó dentro de mi casa.

Casi indignados, hablaron al mismo tiempo: ¿Se ha vuelto loca? Si la aguja cayó dentro de su casa, ¿por qué está buscando aquí?

Entonces vino la respuesta sorprendente: Porque la luz está aquí. Dentro de la casa no hay ninguna luz.

Alguien respondió: Aunque la luz esté aquí, ¿cómo podemos encontrar la aguja si no se ha perdido aquí? La actitud correcta sería llevar la luz a su casa, sólo así podrá encontrar la aguja.

Rabia sonrió y llegó al punto que deseaba: Sois muy listos con cosas pequeñas. ¿Cuándo utilizarán su inteligencia para su vida interior?

Los he visto a todos ustedes buscando en el exterior y sé perfectamente, sé por experiencia propia, que aquello que están buscando está perdido dentro de cada uno.

La bendición que ustedes están buscando la han perdido en su interior. Y la están buscando afuera. La lógica de ustedes es que sus ojos pueden ver fácilmente el exterior, sus manos pueden tantear fácilmente el exterior. Porque la luz está afuera, ustedes la están buscando en el exterior.

Si ustedes son realmente inteligentes, concluyó la maestra, entonces utilicen su inteligencia. ¿Por qué están buscando la bendición en el mundo exterior? ¿La han perdido allí?

Todos enmudecieron, mientras Rabia desaparecía en el interior de su casa.

*   *   *

Es mucho más fácil buscar afuera. La luz ya está encendida, sólo hay que mirar. Todo parece muy claro y al alcance de la mano.

Hablar de mirar hacia adentro nos asusta. Hay mucha oscuridad, mucho desconocido. ¿Y, aún, tener que iluminar? ¿Tener que fabricar la luz? Eso parece que nos daría tanto trabajo...

Por eso muchos de nosotros todavía seguimos buscando la aguja perdida donde no está, fuera de nuestra casa íntima, sólo porque es más fácil esa búsqueda.

Recordamos cuántos maestros nos han hablado de la iluminación. Se trata de esa creación de luz interior.

Desde las propuestas de autoconocimiento en la antigua Grecia hasta Buda, de Jesús, la Luz del mundo, hasta la actualidad, cuando los estudios del alma hablan de la necesidad de la luz interior.

¿Dónde hemos estado buscando nuestra aguja perdida?

¿Ya tenemos el coraje y la voluntad para entrar, finalmente, en nuestra casa interior?

Ha llegado el momento. Pensemos al respecto.

 Redacción del Momento Espírita, con base
 en el cap. 57, del libro
Osho, Histórias de
Transformação, de Rajneesh, ed. Cultrix.
El 12.9.2022.

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