El deber
anda bastante olvidado. Se habla mucho de derechos y poco de deberes.
El empleado
busca trabajo y antes de nada, va enumerando todos sus derechos. Es justo que
los conozca y los exija. Pero, ¿qué hace y cómo hace la tarea que le ha sido
confiada?
Es común
ver atendientes sin ganas de atender bien al cliente. No hay ningún movimiento
en la tienda, pero si entra el posible comprador y pregunta el valor de una
mercadería, la respuesta que recibe es: "el precio está en la
etiqueta."
¿Y qué
decir de los que deterioran y desperdician el material de trabajo? Aspiradora,
cepillos, escobas todo utilizado sin cuidado.
Al fin de
cuentas, cuando se rompan, el patrón tendrá que arreglarlos o reemplazarlos.
En oficinas
públicas, bancos y escritorios es común verificar la exageración en el
consumo de papel, clips, grapas.
Cómo si no
fuera deber del empleado cuidar las cosas que pertenecen a la empresa.
¿Y qué
decir del horario? ¿Cuántos minutos se desperdician en chismes, en tomar café
y más café durante la jornada de labor?
Naturalmente
el servicio no cunde. Ah, pero si hubiera la necesidad de prolongar las horas de
trabajo, en seguida se hablará en remuneración extraordinaria.
Deber es la
alegría del cumplimiento integral de lo que compite a la criatura.
Si todos
tienen derecho a reposar, a ganar un sueldo justo, al intervalo para la comida,
es de buen grado no olvidarse que todos tienen el deber de ejecutar
correctamente la labor para la que han sido contratados.
La raíz del
problema está en el hogar. Desde temprana edad
el niño aprende que tiene derechos.
Pocos padres
enseñan y pasan a sus hijos la lección del deber.
El niño
tiene derecho al amor, a la protección, a la alimentación al estudio. Pero
tienen el deber del respeto y de la cooperación.
Es común
encontrar madres sobrecargadas de ocupaciones, mientras los hijos adolescentes
descansan bien tranquilos delante de la tele o en el bar de la esquina, hablando
cosas sin importancia con los amigos.
Tan
tranquilos y descansados están, que tienen fuerzas redobladas para exigir que
la comida esté en el horario correspondiente, que la ropa esté planchada, y
aun exigen dinero para sus recreaciones.
Las madres
hacen todo, con la disculpa de que ellos "están en la edad del egoísmo."
Y se convierten en esclavas en su propio hogar.
Derechos sí.
Deberes también .
El niño
desde pequeño debe cumplir los deberes. Guardar sus juguetes, comprar el pan en
el almacén del barrio. Realizar pequeñas tareas en casa.
Quien
aprende a temprana edad las lecciones del deber, tempranamente se convertirá en
un ciudadano que cumple las leyes con celo. Correcto siempre.
Deber.
Palabra de orden para que nuestro mundo se transforme en una inmensa y operativa
colmena, donde cada uno ejecuta con ardor y alegría la parte que le toca.
***
Cumple con
el deber que te cabe, con el alma en oración. Si nadie te nota en la tierra,
recuerda que Jesús es hasta hoy el gran servidor anónimo, que nos enseña que
la mayor honra de la vida es el
privilegio de ayudar y seguir adelante, sirviendo siempre y sin cansancio.