Momento Espírita
Curitiba, 22 de Dezembro de 2024
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ícone El arte de formar caracteres

La práctica y las investigaciones realizadas por sicólogos demuestran la necesidad de volver a pensar la cuestión de la educación de los hijos.

Después que la experiencia ha probado que el método del autoritarismo, aplicado por nuestros padres, estaba superado y era de alguna forma ineficiente, se optó por otro método menos eficaz e incluso dañino: la “libertad sin responsabilidad”.

Considerada por algunos psicólogos como perjudicial al sano desarrollo del niño, la palabra “no” ha sido excluida del vocabulario de muchos padres, que actualmente amargan profundamente la total falta de control sobre la prole.

Sin examinar el asunto con más cuidado, los padres modernos aceptaron la filosofía de “se puede hacer todo”, y no llevaron en cuenta la necesidad de establecer límites para que haya armonía dentro del hogar.

Después de perder el control de la situación, muchos apelaron para otro método desastroso: el del regateo.

Impotentes ante la terquedad de los hijos, creados sin las normas básicas de disciplina, los padres se pierden en el laberinto de las “compensaciones”, en que todo es negociado.

Si ha llegado la hora de ir a la cama y el hijo no obedece, la madre al momento echa mano de algún motivo para “negociar”: “si tú vas a dormir te dejaré jugar con aquella cinta de “game” violenta, que a ti tanto te gusta”.

En este caso bastaría que la madre, consciente de su misión de educadora, tomara a su hijo por la mano y lo condujese con cariño y firmeza a la cama.

O, incluso, si está en la hora de bañarse y el “angelito” se pone mañoso, la madre en seguida hace otro “trato”, olvidándose que cuanto más negociaciones haga con el niño, más éste exigirá para cumplir su obligación.

Algunos psicólogos defienden la vuelta al autoritarismo en la educación de los hijos, pero que eso no da buenos resultados ya ha quedado probado. Sería “domesticación”  en vez  de educación.

Considerando que la educación, es el arte de formar caracteres, debemos estar de acuerdo que este “tira y afloja” servirá solamente para “deformar” los caracteres de nuestros educandos.

Además, si llevamos en cuenta que nuestros hijos son espíritus encarnados que vienen del espacio para progresar, y traen en sí mismos las experiencias de otras existencias, buenas o no, entenderemos que la gran misión de los padres es conocer su fuero íntimo y  ayudarlos a caminar hacia Dios.

Nuestros hijos son seres inteligentes, que no aceptan solamente un “no” como respuesta. Ellos merecen y precisan de una explicación coherente. No hablamos de justificaciones, sino de diálogo.

Si hay un horario para dormir, si es necesario bañarse, si no podemos comprar este o aquel juguete, el niño tiene el derecho de saber por qué.

Si le decimos, por ejemplo, que no compramos el juguete que él tanto quería porque nuestro presupuesto no permite, él entenderá, mientras que si le damos un “no” solamente,  se  pondrá rebelde, pensando que no se lo compramos por malagana.

Todo esto requiere  mucha inversión, que no quiere decir “pérdida de tiempo”, como muchos padres afirman. Inversión de tiempo, paciencia, afecto y cariño.  La tarea  no es tan difícil y seguramente es más eficaz.

***

 

San Agustín hizo la siguiente advertencia en el Evangelio Según el Espiritismo: “recordad que a cada padre y a cada madre preguntará Dios: ¿qué habéis hecho del hijo confiado a vuestra guardia?

Si por vuestra culpa él se conservó atrasado, tendréis como castigo verlo entre los espíritus sufridores, cuando de vosotros dependía que fuese dichoso.”

¡Pensemos en eso!

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