Comparan la existencia humana con muchas cosas.
Ya la han llamado un camino. Otros la han mostrado como similar a un gran viaje. Algunos la hicieron parecer la escalada de una montaña exuberante.
Hay quienes dicen que la vida es un gran libro, una autobiografía que estamos escribiendo desde el momento en que nacimos.
Curiosa comparación. Imaginemos asimismo si la vida pudiera equipararse con una obra literaria, de esas muy complicadas. En las primeras páginas, los primeros años y en las últimas los años finales.
Páginas de dolor, páginas de alegría. Páginas de logros, páginas de frustraciones. Páginas de sacrificio, páginas de recompensa. Todas estarían grabando, ipsis litteris lo que vivimos, sentimos y hacemos.
Un solo libro. Una sola existencia.
Ampliemos un poco más este punto de vista, pensando fuera de la caja: ¿Y si la vida no fuera un solo libro? ¿Y si la existencia del Espíritu fuera una biblioteca completa?
Sí, si nuestra historia fuera contada por decenas, cientos de libros que se van almacenando en un gran salón lleno de estanterías majestuosas.
Cada nueva vida, cada nueva encarnación, un nuevo libro. Los libros más recientes siempre tendrán relación con los antiguos. Cuando empezamos un nuevo, tenemos la impresión de que será el primero, pero será solo uno más.
Eso explicaría muchas cosas como, por ejemplo, nuestras habilidades innatas, nuestras tendencias, las dificultades que tenemos, el hecho de que algunos nacen en medio de facilidades y otros con tantas necesidades.
Esto se debe a que lo que escribimos en los libros anteriores fue una especie de siembra, un prefacio de esta nueva obra. Los libros antiguos siempre estarán relacionados con los nuevos.
Hablemos claramente: somos seres inmortales y de muchas encarnaciones, muchas experiencias.
Probablemente no recordemos eso, tal vez no tengamos acceso a esos recuerdos en este momento, porque la Divina Providencia es muy sabia e hizo que cada nuevo libro tuviera ese vigor de renovación, de nueva oportunidad.
Cuando necesitemos recordar o tener acceso a esos recuerdos, nos acordaremos.
Lo importante es saber que nuestra vida es más grande que solo la historia que estamos escribiendo ahora. Que en este momento, estamos cosechando lo que hemos sembrado, y que estamos sembrando diariamente el futuro.
Pensemos en eso cuando nos enfrentemos a cualquier decisión, de nuestras elecciones importantes, de aquello que queremos para nosotros de ahora en adelante.
Es interesante saber que todos estamos en este mismo proceso. Tanto nuestros amores como nuestros adversarios.
Entonces, amemos. Amemos cada vez más y mejor, porque el amor nunca se pierde y nunca perdemos a nadie.
Perdonemos también, reconciliémonos lo antes posible, porque si no es ahora, será en el próximo volumen de nuestra colección de encarnaciones.
Sigamos escribiendo una hermosa historia, llena de alegría y amor al prójimo.
Que ella tenga muchos personajes y que seamos luz en la vida de todos ellos.
Que incluso en los párrafos de dificultades, podamos recordar que pronto llegarán nuevas páginas, nuevos capítulos y también nuevos libros.
Redacción del Momento Espírita.
El 15.6.2020.