Momento Espírita
Curitiba, 22 de Dezembro de 2024
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ícone Resguardando nuestro hogar

Hace unas décadas, la deforestación se convirtió en un problema grave para nuestro planeta.

Es agradable ver noticias de que en muchos lugares las personas se preocupan por nuestra casa planetaria y crean fórmulas para la reforestación.

Tailandia ha encontrado una forma peculiar de recuperar áreas deforestadas.

El país asiático ha innovado utilizando aviones militares para bombardear sus bosques. Un bombardeo nada destructivo.

Los aviones transportan semillas de árboles locales, junto con una mezcla de arcilla, tierra y compost, lo que facilita su germinación.

Estas semillas están completamente preparadas para convertirse en árboles gigantes.

Se espera que el proyecto, que comenzó en 2016, se extienda durante cinco años, según el gobierno tailandés. Una acción efectiva y perseverante.

El autor de la idea fue el japonés Masanubo Fukuoka. La técnica fue perfeccionada a partir de su plan inicial, lo que nos permite devolver a la naturaleza lo que le hemos extraído.

Con ese método, se estima que se pueden plantar casi un millón de árboles al día.

Una estrategia. Un plan que siembra la esperanza en un planeta expoliado, una tierra agotada debido a la excesiva explotación por su habitante más ilustre: el hombre.

El hombre que se está dando cuenta de que si no cuida a la Madre Tierra, pronto no tendrá hogar, refugio ni mundo donde vivir.

Para algunos de nosotros, todo puede parecer utópico y, después de todo, la Tierra no se dirige a ningún desastre ecológico.

Especialmente, aquellos que vivimos en lugares donde hay agua, luz y comida abundante.

Sin embargo, todos los días, las tormentas que afectan a ciertas comunidades, el clima descontrolado, nos dice que hemos creado muchos problemas para nuestro hogar y que es urgente que intentemos ajustar lo que podamos.

La Madre Tierra constantemente envía alertas. Frío intenso en lugares nunca antes invadidos por temperaturas tan bajas.

Calor excesivo en otros lugares ...

Preservar y proteger el medio ambiente es fundamental para mantener la salud del planeta y garantizar la nuestra.

Se debe hacer todo lo posible para proteger los recursos naturales, ya que el suelo es la fuente de donde provienen los recursos necesarios para nuestras vidas.

Cada exageración que perjudica a la naturaleza es el resultado de un excesivo egoísmo y ambición.

Es hora de escuchar las exhortaciones que nos dicen que debemos estar contentos con lo que es necesario, sin desear en demasía, sin usurpar, sin forzar, sin agredir la Tierra.

Para vivir precisamos del aire, del agua, del alimento generoso. No permitamos que nuestra codicia contamine la atmósfera, destruya los bosques y saquee la tierra.

Y nuestra parte puede hacerse, donde sea que estemos, en la ciudad o en el campo.

Después de todo, ¿quién no puede plantar un árbol o ayudar a proteger los existentes?

¿Quién no puede participar del reciclaje consciente, colaborando con la recolección selectiva de la basura, evitando que se multiplique el problema?

¿Quién no puede comenzar ahora, con acciones simples para colaborar, evitando el desperdicio de agua, de energía eléctrica?

Y pensando en la educación de nuestros hijos, no solo hablarles sino también  ejemplificar, todos los días, a cada hora.

Pensemos en ello.

Redacción del Momento Espírita.
El 28.1.2020

 

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