Diario de un niño que no nació
05 de octubre. Hoy ha empezado mi vida. Papá y mamá no saben. Yo soy menor que la cabeza de un alfiler, sin embargo, soy un ser individual. Todas mis características físicas y síquicas ya están determinadas. Tendré los ojos de papá y los cabellos castaños y ondulados de mamá. Y esto también ya lo sé: Yo soy una niña. 19 de octubre. Hoy empieza la abertura de mi boca. Dentro de un año podré sonreír cuando mis padres se inclinen a la vera de mi cuna. Mi primera palabra será “mamá”. Sería verdaderamente ridículo afirmar que yo soy solamente una parte de mi madre. Eso no es verdad, pues soy un ser individual. 25 de octubre. Mi corazón empezó a latir y continuará su función sin parar jamás, sin descanso, hasta el fin de esta existencia. De hecho, eso es una gran dádiva de Dios. 02 de noviembre. Mis brazos y mis piernitas empezaron a crecer y quedarán perfectas para el trabajo; esto requerirá algún tiempo, incluso después de mi nacimiento. Apenas sea posible, entrelazaré mis bracitos en el cuello de mamá y le diré cuánto la amo. 20 de noviembre. Hoy, por primera vez, mi madre ha presentido, por su corazón, que me trae en su seno. Creo que ella ha tenido una gran alegría. 28 de noviembre. Todos mis órganos están totalmente formados. Yo soy muy grande. 02 de diciembre. Dentro de poco tiempo podré ver, aunque mis ojos están aún cerrados por un hilo. Luz, color, flores... ¡debe ser magnífico! Sobre todo me llena alegría pensar que veré a mi madre...¡Oh, Si no tuviese que esperar tanto tiempo! Faltan todavía más de seis meses. 12 de diciembre. Me crecen los cabellos y las cejas. ¡Me imagino cómo mi madre se quedará contenta con su hijita! 24 de diciembre. Mi corazoncito está listo. Debe haber niños que nacen con el corazón defectuoso. En ese caso, es necesario que se sometan a una delicada cirugía para corregir el defecto. Gracias a Dios mi corazón no tiene ninguna anormalidad, y seré una niña llena de vida. Todos se alegrarán con mi nacimiento. 28 de diciembre. Hoy mi madre ha amanecido distinta, está un poco angustiada. Pero algo es seguro: vamos a salir a dar un paseo. Creo que ella quiere distraerse un poco, quizás comprarme algunas ropas. Eso mismo, estamos saliendo para algún lugar. ¡Huy! Creo que estamos entrando en una clínica. Debe ser para chequear si mi salud va yendo bien. ¡Óptimo! Cuando salga de aquí, le diré a mi mamá cuán grata estoy. El médico está llegando... Pero... esos instrumentos no son para un examen... ¡No mamá! ¡No dejes que se me acerque! ¡Ay, qué horror! ¡Esta es una clínica para abortos! ¡Socorro! ¡Déjenme nacer! ... Nadie escucha mis gritos! Y mis sueños de felicidad... Mis ganas de ver la luz, las flores, los colores.... Todo ha terminado... Sí... hoy... hoy mi madre me ha asesinado. *** La historia es dramática y triste, pero, infelizmente, se repite diariamente en las clínicas de aborto de nuestro país o en casas de personas que se alimentan con el dinero ganado con la sangre de víctimas indefensas. Hoy ya no se puede más alegar que el feto no es un ser individual, distinto de la madre, pues la ciencia afirma lo contrario todos los días. De esta suerte, tanto quien practica el aborto como el que lo consiente, deberá responder ante las Leyes Divinas sobre ese crimen. ¡Pensemos en eso!