Corazón del mundo, late...
Palpita e impulsa tu savia de vida a todos los rincones de esta tierra.
Para las almas cansadas de la guerra, para los cuerpos caídos en el suelo.
Corazón del mundo, late...
Celebra el áureo rayar de una nueva era.
Celebra la fraternidad y la diversidad.
Lleva la sonrisa a quien todavía tiene miedo de sonreír y a las ramas secas, el verde de la afectividad.
Corazón del mundo, descubre tu misión bendita.
Corazón del mundo... Patria del Evangelio, Brasil.
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El Espíritu Humberto de Campos, respetado periodista y escritor brasileño, miembro de la Academia Brasileña de Letras, es elegido por la Espiritualidad para traer al mundo una obra de suma importancia.
Por la mediumnidad luminosa de Francisco Cândido Xavier, nació en 1938 el libro Brasil, corazón del mundo, patria del Evangelio.
La obra en esencia trata de la misión espiritual de la patria brasileña.
Brasil es elegido por Jesús para revivir su Evangelio primitivo, sin las distorsiones que hicieron que se saliera de sus objetivos principales a lo largo de los siglos pretéritos.
El país de la Cruz del Sur recibe el título de corazón del mundo, ya que pasa a albergar y acoger a muchos Espíritus que, después de innumerables encarnaciones en la Tierra, aún no habían encontrado el camino del bien, del acierto.
Seres muy inteligentes, seres con amplias experiencias, sobre todo en la civilización europea, pero que se habían perdido debido al mal uso de la inteligencia, al mal uso de sus potencialidades.
En la nueva tierra tendrían la oportunidad de rehacer sus destinos y encontrar su redención.
El corazón del mundo acogió, así, a los que fracasaron, a los que vienen de siglos de abuso del poder, abuso del dinero, abuso de las energías sexuales...
El corazón del mundo pasó a ser símbolo de la diversidad, pues aquí aprendemos a convivir con lo diferente, de forma muy especial.
El brasileño es una mezcla de muchas razas, de muchas culturas, de muchas religiones y todas ellas tienen su importancia.
Con el paso de los años hemos venido edificando ese árbol del Evangelio... que aún no está maduro, exuberante, pero que lleva un potencial de belleza inimaginable.
Las estadísticas muestran la relación del brasileño con el Cristianismo y lo fuerte que es, diferente de todo el resto del globo.
Tenemos la oportunidad de mostrar al mundo el Cristianismo de la fraternidad, del amor al prójimo, de la tolerancia racial, de la aceptación de las diferencias.
Ese es el tronco del árbol del Evangelio de Jesús, independientemente de la religión que abracemos, independientemente de las etiquetas que exhibamos.
Ahí está el Brasil espiritual, el Brasil luminoso, que no necesita ser la primera economía, el primero en el consumo, el primero en las competencias materiales de la Tierra.
Ser grande en el amor ya nos basta…
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Corazón del mundo, late...
Celebra el áureo rayar de una nueva era.
Celebra la fraternidad y la diversidad.
Lleva la sonrisa a quien todavía tiene miedo de sonreír
Y a las ramas secas, el verde de la afectividad.
Redacción del Momento Espírita con extractos del
poema Coração do Mundo, de Andrey Cechelero.
En 20.5.2015.