Momento Espírita
Curitiba, 22 de Dezembro de 2024
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ícone ¿Existen las hadas?

Así ocurrió todo. Ella cumplió nueve años. Un diente se le cayó en proceso natural y, como siempre, ella lo dejó en el lugar señalado para ser cambiado por un dinerito, por la hada de los dientes.

Pues bien: cuando la madre fue a colocar el dinero y coger el diente, encontró una carta y un bolígrafo muy pequeño, de aquellos que se utilizan como llavero.

La carta, entre corazones dibujados, decía: ¡Hola, hada! Espero que tú existas.

Bueno, creo que sí. Pero quiero la verdad. Si eres mi padre o mi madre, lo acepataré bien. Si eres el hada, será mejor que firmes con este pequeño bolígrafo.

Al final de la carta, estaba la opción para ser marcada: Existencia: - Sí - No.

Y con letras grandes, entre más corazones dibujados: ¡Yo creo en ti!

Luciana entró en pánico. ¿Cómo responder una carta así?

La mostró a su marido que la leyó, se rió y dijo: ¡Eso es contigo! Arréglatelas. No tengo la menor idea de cómo responder.

Ella decidió hacerse aconsejar con los abuelos de la niña. Mariza y Maneco la leyeron atentamente, se rieron, intercambiaron ideas y, finalmente, Luciana obtuvo la respuesta para la hija:

Existencia: Sí y No. Firmado: Mama Hada y Papá Duende.

¡Ah! Nos pilló. Tú eres realmente muy inteligente. Pediste la verdad y la verdad es que yo creo en las hadas, creo en los duendes, en las sirenas y en toda la magia que hace  nuestra vida más colorida y encantadora.

La abuela incluso dijo que existen las brujas. Yo creo. ¿Y tú?

Y allí estaban las opciones – Sí. No.

Luego, volteando la página, la madre todavía escribió: Tú no ves a Dios. Pero Él existe.

Tú no ves el amor. ¡Pero él existe!

Si tú puedes sentirlo, entonces... existe.

Al día siguiente, Marina llegó a la cocina para el desayuno, con una hermosa sonrisa. La madre se sintió aliviada al oírla decir, entregándole la carta:

¡Ah! ¡Los he atrapado de verdad!!!

Cuando Luciana abrió la carta, vio que su hija había señalado un hermoso . Y bien señalado. De aquellos que se raya con el bolígrafo varias veces para destacar.

* * *

Este hecho nos muestra cómo podemos mantener la magia de la vida, diciendo la verdad.

Finalmente, todo depende de la manera cómo se argumenta, cómo se explica, cómo se habla.

Los niños pasan por el periodo mágico en que todo tiene que ver con lo irreal, el hacer de cuenta. Fértil es la imaginación.

Posiblemente, porque siendo Espíritus inmortales, recién llegados de la patria verdadera, el mundo espiritual, mantienen esa información, que estamos rodeados de una nube de testigos.

Los ángeles de la guarda, Espíritus familiares, Espíritus amigos que nos rodean son interpretados por el niño como esos seres que las leyendas, los cuentos y la imaginación popular denominaron hadas, duendes, seres especiales.

Al final, no están tan lejos de la verdad. Pronto, cuando comprendan mejor, les hablaremos de  esos seres que Dios nos envía para atender nuestras necesidades, resguardarnos en nuestras dificultades y ayudarnos en nuestra jornada en la Tierra.

No hay ningún mal en la preservación de la magia. No es malo alimentar la imaginación propia de la infancia.

Lo importante es aclarar, cuando se haga necesario, pero enseñando que el mundo en que vivimos y la Espiritualidad que nos rodea son más extraordinarios que todo lo que la imaginación humana pueda haber concebido.

Al final, ¡todo emana de Dios y Dios es insuperable!

Redacción del Momento Espírita, con base en un
hecho referido por Anna  Susy Goldschmidt.
En 03.11.2014

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