Pablo Casals fue un violoncelista famoso, director de orquesta y compositor español, que murió en el año 1973.
Cierta vez, escribió acerca del momento único del Universo, un momento que no se repetirá jamás.
El momento en que estamos con nuestro hijo.
¿Y qué enseñamos a nuestro hijo? – Indaga el compositor.
Enseñamos cosas que le valdrán para la vida, para el mundo de las formas en que nos agitamos.
Enseñamos que dos y dos son cuatro. Enseñamos que la capital de Francia es París; que España se encuentra en el continente europeo.
Enseñamos sobre el relieve, para que él sepa la diferencia entre una altiplanicie, una llanura, una colina, una montaña.
Y dónde está la Cordillera de los Andes, los Balcanes, el Océano Atlántico.
Enseñamos que el Sol es una estrella de quinta magnitud, que la Tierra se mueve alrededor de él, en un concierto armonioso.
Que el Sol viaja por el espacio, llevando consigo la sinfonía de los mundos que lo rodean. Que la Luna de los enamorados es un satélite de la Tierra.
Sí, enseñamos muchas cosas.
Son cosas importantes. Nuestro hijo crecerá, se convertirá en un profesional, regirá su propia vida.
Se moverá por los caminos del mundo, produciendo, sembrando, interfiriendo en otras vidas con su manera de actuar, de ser.
Todo eso, gracias a lo que le enseñamos.
Pero, en aquel momento único, mágico, en que estuvimos con él, ¿nosotros le dijimos que él mismo es una maravilla?
¿Que no existe sobre la faz de la Tierra ningún ser igual a él?
Nosotros le informamos sobre las maravillas del Mundo Antiguo y Moderno y lo hicimos encantarse con ellas.
Pero, ¿le dijimos lo especial que es?
¿Alguna vez le dijimos: Sabes que eres una persona única? Desde el principio del Mundo, nunca existió otro niño como tú.
Tus piernas, tus brazos, tus dedos, la forma como te mueves, las cosas que dices, los gestos que haces, todo eso es único, es solo tuyo.
Puedes convertirte en un Shakespeare, un Miguel Ángel, un Beethoven.
Eres capaz de hacer cualquier cosa. Y cuando crezcas, podrás tener un hijo que será como tú, una maravilla. ¿Sabes?
Eso, con certeza, hará que nuestro hijo sea capaz de enfrentar muchos desafíos.
Este mensaje le seguirá donde quiera que vaya. Cuando el mundo intente decirle que es un fracasado, se acordará de nuestro recado.
Cuando la decepción por un revés intente poner en sus hombros el manto de la tristeza, él se acordará de nuestro mensaje.
Cuando un noviazgo termine, cuando la calificación obtenida en la competencia no sea la esperada, cuando el día se presente gris, él recordará...
Y, recordando, levantará su cabeza, acomodará sus hombros y se dirá a sí mismo: Puedo no haber vencido la competencia, pero lo intenté.
No logré el empleo deseado, pero hago muy bien mi trabajo.
No gano tanto como desearía, pero estoy seguro que soy muy bueno en lo que hago.
Soy una maravilla, soy un hijo de Dios, especial.
Nadie, en el mundo, es igual a mí.
Y seguirá adelante, avante, hacia lo Alto.
Redacción del Momento Espírita, con base en
dichos de Pablo Casals, del libro Histórias para
aquecer o coração – Edición de oro, de Jack
Canfield y Mark Victor Hansen, ed. Sextante.
En 22.4.2014.