Momento Espírita
Curitiba, 22 de Dezembro de 2024
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ícone Hablando a los pájaros

En momentos en que se habla acerca del medio ambiente, ecología, mundo sustentable, pensamos en cuántas criaturas en el mundo han sido un ejemplo de la importancia de vivir en armonía con el medio ambiente.

Eso porque nosotros, los seres humanos, somos parte de ese entorno. Nos recordamos de Francisco de Asís quien, en el siglo XIII,  tenía extremo cuidado con los animales.

Animales salvajes, maltratados por otras personas solían abrigarse junto a él.  En su presencia encontraban refugio.

Frecuentemente liberaba corderos de las amenazas de muerte, porque sentía compasión. Él retiraba los gusanos del camino para que no fueran aplastados por los transeúntes.

Él llamaba a todos los animales de hermanos y hermanas.

Narran sus biógrafos, con ligeras modificaciones de forma y contenido, que en una ocasión cuando regresaba de Asís se detuvo en el camino a unos diez kilómetros de la ciudad.

Estaba molesto con la indiferencia de muchas personas. Afirmó que probablemente sería escuchado con  más respeto por los pájaros.

Él vio una multitud de pájaros reunidos: palomas, cuervos y urracas.

Fue hacia ellos dejando a sus compañeros en el camino. Cuando estaba muy cerca de las aves, les saludó:

Que el Señor les conceda la paz.

Se sorprendió porque los pájaros no volaron. Se movían, volvían sus cuellos y allí se quedaron esperando.

Lleno de alegría, Francisco les pidió que escucharan sus palabras. Y habló:

Mis hermanos pájaros debéis alabar a vuestro Creador. Y amarlO  siempre.

Él os da plumas para vestir, alas para volar y todo lo que necesitan.

Dios les da un hogar en la pureza del aire. Y aunque ustedes no siembren, ni  tampoco cosechen Él mismo os protege y cuida.

Los pájaros extendieran sus alas y picos y siguieron mirándolo.

Francisco pasó entre ellos, yendo y viniendo, tocando sus cabezas y cuerpos con su túnica.

Al final de su discurso, les bendijo y les dio permiso para que volaran  a otro lugar.

Algunos dirán que esto es una leyenda. Pero es conocimiento general que algunos hombres y mujeres tienen un vínculo especial con los animales.

Personas sin ningún entrenamiento especial muy a menudo parecen saber los gestos o el tono de voz que son tranquilizadores.

Y los animales sienten la simpatía, amabilidad y buena voluntad y reaccionan a eso de maneras consideradas a veces maravillosas.

Lo que destaca del hecho es que con su actitud Francisco enseñaba que todas las criaturas de la Tierra merecen respeto.

Enseñaba el amor por la naturaleza y que podemos establecer relaciones con todos los seres vivientes.

Pensemos en ello, puesto que ya hemos aprendido que todo en la naturaleza está vinculado  por enlaces que aún no podemos comprender.

Y apoyemos, en lo posible, los movimientos y organizaciones para la protección de los animales, a través de actos de generosidad cristiana y  comprensión humana.

Recordemos: la luz del bien debe lucir en todos los planos.

 

Redacción del Momento Espírita, con base en el capítulo Oito
(1209-1210) del libro Francisco de Assis, o santo relutante, de Donald
Spoto, ed. Objetiva; en la pregunta 604 de
El libro de los Espíritus, de
Allan Kardec, ed. FEB; y en el capítulo 33, del libro
Conduta espírita,
del Espíritu André Luiz, psicografía de Waldo Vieira, ed. FEB.
En 19.7.2013.

 

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