En el año 1997 la campaña por el desarmamiento general de las personas mereció un gran destaque en Brasil.
En algunas localidades las autoridades optaron por cambiar cualquier arma de fuego o armas blancas por alimentos.
Los medios de comunicación trataron del tema en debates televisivos. Periódicos y revistas, a través de cuestionarios con derecho a premios, buscaron oír la opinión de los lectores, enfatizando naturalmente la cuestión del desarmamiento como una medida saludable para toda la sociedad.
Frecuentemente, las noticias alertaban acerca del peligro de portar armas.
Se informaba de las sanciones a los que portaban armas de modo ilegal y los titulares divulgaban los primeros a recibir tales sanciones, por haber sido sorprendidos con armas sin la correspondiente legalización exigida.
Mientras esa campaña se desarrollaba, ganando la simpatía de aquellos que desean y programan la paz en sus propias vidas, aún hoy se observa un contrasentido total en lo que toca a nuestros niños.
Los juguetes imitando armas sofisticadas, que llenan la imaginación de aquellos que creen que el Tercer Milenio será la era de mayor destrucción - una vez que, según ellos, dominaremos energías poderosas - son comercializados y ofrecidos en gran cantidad a los pequeños.
Muchos dibujos animados infantiles aún no dejaron la agresividad y alimentan las mentes de los hombres del futuro con guerras en las estrellas, máquinas voladoras poderosas que vencen distancias astronómicas en segundos, con el objeto de destruir el más débil o aquel que comete errores contra sus semejantes.
Miniaturas de héroes que literalmente limpian el Universo de la ralea humana son ofrecidas a los niños.
Sus ropas, a manera de fantasías, adornan las fiestas de cumpleaños de los pequeños.
En nombre de la paz se pregona la guerra y la violencia. El pequeño héroe tiene el derecho de matar el bandido, que es el elemento maléfico, indeseable y debe ser expurgado para siempre del ambiente que perjudica.
Seguramente, con tales actitudes la campaña del desarmamiento no alcanzará el éxito que se pretende.
Se prohíbe las armas a los adultos, pero se las ofrece con profusión a los niños.
Todo cambio necesita de bases seguras. Y las bases seguras se encuentran en la educación.
Educación que se reporta a la reformulación del carácter. Y en el caso más específico, de los niños que construirán la nueva y sana sociedad conforme anhelamos.
Nos cumple meditar acerca de eso y elegir con más cuidado los juguetes que ofrecemos a nuestros hijos.
Se dirá que los niños desean tales juguetes. Eso ocurre porque no ofrecemos otras opciones, permitiéndoles que estén pendientes solamente para un lado del mundo.
Quizás, se dirá que ellos traen en sí mismos la agresividad.
Por eso mismo, los padres y educadores debemos nos esmerar en pulir sus cualidades positivas y ofrecerles juguetes educativos, que irán contribuir para la formación del carácter, no alimentando sus tendencias negativas.
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El día 18 de octubre es dedicado al desarmamiento infantil.
Coincidentemente, también es el día dedicado al médico. Esta fecha fue escogida porque es el día que se rinde homenaje al Evangelista Lucas, que fue médico.
Ambos recuerdos son muy oportunos. Ocurriendo una vez al año, nos recuerdan que preservar la vida es muy importante.
Esa es la misión del médico: salvar vidas.
Esa es la misión de los padres: salvar las almas, puesto que son inmortales.
Redacción del Momento Espírita.
En 22.04.2009.