Acuérdate de Dios para que sepas agradecer los talentos de la vida.
Si te encuentras cansado, piensa en Él, el Eterno Padre que jamás descansa. Como nos enseñó el mismo Jesús, el Padre trabaja constantemente.
Si te encuentras triste, eleva a Dios tus sentimientos, meditando en la alegría solar con la que, todas las mañanas, la Infinita Bondad del Padre disuelve las tinieblas, anunciando un día nuevo de oportunidades.
Si estás enfermo piensa en como Dios, en Su compasión y equilibrio, reajusta las escenas de la naturaleza. Piensa en como, después de la tempestad, que arranca centenares de árboles y destruye montañas, todo se vuelve a serenar.
Si te sientes incomprendido, inclusive así vuélvete hacia Dios. Él, el Eterno Donante de todas las bendiciones, cuantas veces es incomprendido por las criaturas que creó y sustenta. Igualmente así, Su paciencia inagotable no desanima, aguardando que nos decidamos a abandonar nuestras imperfecciones.
Si te sientes humillado, entrega a Dios los dolores de tu sensibilidad herida o del orgullo menospreciado, reflexionando en el anonimato como Él que esconde Su inmensa grandeza, sirviéndonos todos los días.
Si te sientes solito, busca la compañía sublime de Dios en la persona de aquellos que siguen en la retaguardia, tambaleantes de sufrimiento.
Los más solitarios que tú, los que se encuentran en pruebas más difíciles que las tuyas. Busca a aquellos que la miseria encara en todas las horas y necesitan de tu ayuda para matar el hambre, la sed, calmar el dolor.
Sal de tí mismo y búscalos. Ellos se encuentran en las favelas, en las plazas, en los hospitales, en los asilos, en las prisiones. Talvez, a tu lado, como los familiares te esperan con un gesto de cariño, una palabra amiga, un poco de atención.
Si estás afligido, confía a Dios tus ansiedades. HáblaLe de todo aquello que te pasa en la intimidad y en Él, que es el Amor, todas tus tormentas habrán de calmarse.
En fin, sea cual fuere la dificultad, recuerda al Todo Misericordioso que no nos olvida.
En la oración habrás de encontrar la fuerza a fin de que te yergas y superes los problemas, pequeños o grandes que te estén martirizando.
En la oración, que es ruta de luz, no habrá de faltarte el ánimo para enfrentar un vez más este día, con coraje, buen ánimo y alegría, porque, a fin de cuentas, día como este nunca hubo y ni habrá igual.
* * *
En la vida, auxilia a cuantos puedas. Haz el bien sin mirar a quien.
Imagina que eres el labrador y tu prójimo es el campo. Tú plantas y el otro produce. Tú eres el granero, el otro es el cliente.
Si deseas seguir hacia Dios, piensa que entre Dios y tú mismo, el prójimo es el puente.
El Creador atiende a las criaturas a través de las criaturas.
Por eso mismo, es preciso vivir y servir.
Redacción del Momento Espírita basado en los cap. 13 y 19 del libro
O Espírito da verdade, por diversos Espíritus, psicografia de
Francisco Cândido Xavier e Waldo Vieira, ed. Feb.
Em 16.02.2009.