Un hombre andaba por el camino árido. Largo era el recorrido a vencer.
Finalmente, llegó a un punto donde creyó que ya no podía seguir.
Ante él se presentaba un abismo muy grande. ¿Cómo cruzarlo?
Muy triste, se sentó a la orilla de la garganta. ¿Qué hacer?
Entonces, miró a su derecha y percibió cerca de allí el perfil de un puente.
Lleno de alegría se dirigió hacia allá.
Las fuerzas le volvieron y él, contento, caminó seguro sobre el abismo de las rocas nudas, gracias al puente.
Son diversos los puentes en el mundo, algunos famosos. El Golden Gate en San Francisco; el Presidente Costa e Silva, más conocido como Rio-Niterói, en Brasil; el puente de la Amistad, uniendo Brasil y Paraguay; el Puente Neuf, en Paris.
Diferentes en ancho, largo y arquitectura. Todos, sin embargo, eslabón de unión entre dos extremos distantes.
¿Ya has pensado alguna vez en ser un puente? ¿Puente entre Dios y los hombres, entre la luz y las tinieblas?
¿Una antorcha de luz entre el dolor y la medicina preciosa, el desaliento y el consuelo, entre el hambriento y el alimento?
Alarga tus manos y actúa. Mientras muchos reclaman por las distancias, alarga tus brazos y establezca el puente de la fraternidad.
Cuando varios gritan ante el caos que impera, alarga el puente de la organización y de la disciplina.
Sé un puente entre la miseria y el trabajo digno, invitando a los compañeros que siguen contigo a incorporarse a una ocupación útil que garantice el pan, el abrigo, la nobleza de servir.
Recuerda que Jesús, el Amigo Divino, aún hoy permanece de brazos abiertos entre los hombres y Dios, como Él mismo afirmó: Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, Él os dará.
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Esteban - Espíritu - el primer mártir del Cristianismo se volvió un puente entre Jesús y el Apóstol Pablo, filtrando el pensamiento de Cristo para que las epístolas tradujesen las recomendaciones del Maestro a los núcleos nacientes de la Buena Nueva.
El médium brasileño Francisco Cândido Xavier hizo de su existencia un puente entre el mundo visible y el invisible, haciendo sol en las almas, acortando las distancias de la añoranza.
Como él, puentes se multiplican en el mundo, en la actuación de hombres y mujeres que se entregan a beneficio del prójimo.
Madre Teresa de Calcuta, Alberto Schweitzer, Hermana Dulce.
Además, están los profesores que establecen el puente entre el libro y la ignorancia, abriendo los caminos de la cultura.
Médium, siervo, amigo, hermano. Donde estés, sé un puente de amor, de alegría, de trabajo.
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Dios vive, manifiesta y dilata Su amor a través de los seres.
Donde tú estés, Él se manifestará.
Permite que los demás Lo sientan a través de ti, de tus acciones, de tu palabra y de tu expresión.
Piensa en eso. ¡Pero piensa, ahora!
Redacción del Momento Espírita.
En 13.02.2009.