Momento Espírita
Curitiba, 22 de Dezembro de 2024
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ícone Una cuestión de elección

        Elegir quiere decir escoger, seleccionar, optar. Toda nuestra vida es hecha de elecciones.

        Por más indecisos que seamos, al abrir los ojos, por la mañana, tendremos que optar entre permanecer en la cama, olvidando las horas, o levantarse.

        La opción continúa en el desayuno: cereales, frutas, té, café, pan integral o blanco, miel, azúcar o edulcorante.

        Desear un buen día, barbullar alguna cosa o quedarse callado. Son opciones.

        Salir de auto, caminar, correr para no perder el autobús o imaginar que no se tiene compromisos.

        Ser gentil en el tráfico, cediendo el paso para otro auto en una esquina peligrosa, o actuar como si nadie más existiera en nuestro camino.

        No tirar basura por la ventana del auto o ensuciar todo el camino por donde pasamos, todo es cuestión de elección.

        Elección de como deseas que sea su día, su vida, su mundo…

        Usted puede vivir muy bien con todos o vivir muy mal, inclusive consigo mismo.

        Usted puede modificar el malhumor de su jefe, de su compañero de oficina, sintonizar con ellos o mantenerse neutral.   

        Usted puede ofrecer la mejor atención a  su cliente y recibir sonrisas de agradecimiento, o ignorar su presencia,  mientras espera que otro colega lo atienda.

        Usted puede tornarse una persona casi indispensable, en el mundo, según su manera de ser. O decidir ser alguien que, cuando esté ausente, pocos o quizás nadie se dará cuenta.

                                                      

        Nos contó un amigo que, viajando con un compañero por el interior de Brasil y acercándose la hora del almuerzo, buscaron un restaurante en las márgenes de la carretera.

        Recorridos algunos quilómetros, llegaron a un local que ofrecía comida. Observaron que había allí un letrero donde se podía leer: Comida a elegir.

        Ingresaron al recinto y una señora muy sencilla los atendió. Al no tener un menú disponible para consulta, preguntaron a la señora lo que había para comer.

        Pollo frito, fue la respuesta rápida.

        ¿Y nada más?

        Solamente pollo frito, respondió de nuevo.

        Pero, el letrero indica que hay comida a elegir – argumentó mi compañero.

        Si, habló la señora, sin pestañear, usted elige si quiere comer o si no quiere comer.

        La señora tenía toda la razón.

        En todo hay opciones.

        Por eso, algunos de nosotros escogemos vivir en clima de felicidad, con lo poco o casi nada que tengamos; otros, optamos por ser infelices, aunque disfrutando de abundancia.

        Hay personas que reciben diagnostico de enfermedades insidiosas y deciden luchar y vivir cuanto les sea permitido. Esos buscan disfrutar de la naturaleza, la playa, la montaña, viajar con la familia, ir al cine, disfrutar los nietos…

        Otras, optan por dejarse morir, sin lucha.

        Felicidad o infelicidad. La decisión cabe a cada uno de nosotros.

        Todos sufrimos pérdidas, enfermedades, luchas, en este mundo de pruebas y expiaciones en que nos movemos.

        Igualmente, todos disfrutamos de alegrías, conquistas, dádivas, salud….

        Lo que hacemos con cada una de esas cosas es lo que estaremos haciendo con nuestro día: alegría o tristeza, victorias o derrotas.

        Piense en eso y elija lo que usted desea para usted mismo, ahora, hoy, en ese nuevo día.

*   *   *

        Abrace la alborada que surge, viva las horas de bendiciones y cuando llegue la noche, agradezca a Dios por las felices elecciones de este maravilloso tiempo que se llama día.

        Mañana, cuando las horas vuelvan a mover los punteros del reloj, usted hará nuevas elecciones… muy buenas elecciones.


Redacción del Momento Espírita.
En 10.03.2007.

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