Momento Espírita
Curitiba, 22 de Dezembro de 2024
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ícone Tratar como hermano

        Ella estacionaba su auto siempre en la misma plaza.

        El cuidador sonriente y educado siempre la saludaba.

        A veces hablaban rápidamente, ella le preguntaba como estaba su familia, él contestaba. Contaba uno u otro problema de salud que afrontaba.

        Otras veces comentaban acerca de algunas amenidades, acerca del frío, del calor, de los peligros de las ciudades grandes, etc.

        Él vivía en un barrio lejos de la región metropolitana. Con certeza en una casa muy sencilla – casi una choza.

        Aquel día, ella estaba preocupada por él. Hacía mucho frío.

        Ella recordó que su vida no era muy fácil, que tenía muchas dificultades, pero pensó en la vida de él y en cuanto más complicada sería.

        Ni siempre lograba darle algún dinero. De los cinco días de la semana, una o dos veces en promedio, ella conseguía ofrecerle algunas monedas – pensó.

        Sabía lo que él necesitaba. Que aquel era su trabajo digno. Que de allí venía el alimento de sus hijos.

        Ella quería poder ofrecerle más. Y él se lo merecía, pues siempre le reservaba un lugar especial, sin que ella lo pida o lo merezca – pensaba.

        Entonces, con el corazón apretado decidió decirle aquel día:

        Mira… Sé que no siempre te doy alguna cosa. Quería poder darte más, darte siempre, pero sabes… A veces no puedo.

        Sé que eres un trabajador, una persona gentil y educada, que siempre reservas un lugar para mí, aunque yo te ofrezca tan poco.

        Observé que existen personas que estacionan aquí, que te ofrecen siempre uno o hasta dos reales, pero yo realmente no puedo – dijo ella un poco avergonzada.

        Entonces, él respondió con franqueza y simplicidad:

        Doña, mire, yo no reservo su lugar porque usted me da algún dinero, no. Yo necesito de dinero, si, pero no es por eso.

        Es porque usted es la única persona que habla conmigo, que me da atención, que me trata como hermano.

        Ella se calló al escuchar esas palabras. Sonrió hacia él con timidez y le dijo, despidiéndose: Entonces, está bien.

        Se fue al trabajo pensando en lo que escuchara. Ella nunca había pensado en eso.

        ¿Pero será que nadie más habla con él? Yo converso rápidamente acerca de cosas corrientes, nada importante…

        Increíble… ¿Será que las personas lo ignoran? ¿Aunque encontrándolo todos los días como yo?

        Aquellos pensamientos se quedaron flotando en su mente  todo el día.

        Se dio cuenta que podría darle algo más importante que las monedas, que el vuelto de siempre.

* * *

        Caridad no significa solamente la donación material.

        En verdad, la filantropía es solamente una pequeña muestra en el mundo de la verdadera caridad.

        Si, vivimos en un Mundo, en un País, donde aun existe la necesidad de la ayuda material urgente, pero necesitamos comprender que no es solamente eso.

        Las personas necesitan de auxilio en otras áreas. Las personas necesitan de atención, de amistad, de alguien que les ofrezca cariño.

        El alimento del alma fortalece al ser, así él se queda  más apto y preparado para buscar la subsistencia material.

        Piensa en eso.

Redacción del Momento Espírita.
En 03.03.2008.

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