Momento Espírita
Curitiba, 22 de Dezembro de 2024
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ícone Con Dios me acuesto, con Dios me levanto

        En una oración popular antigua, enseñada a los niños para que sea orada antes de dormir, encontramos una expresión muy interesante:

        “Con Dios me acuesto, con Dios me levanto…

        He aquí algunas consideraciones importantes inspiradas en esta costumbre:

        “Con Dios me acuesto...

        ¡Qué anhelo importante para alguien que se prepara para el sueño!

        Una vez que al dormir, al adentrarse en el universo del sueño y de los sueños, nadie puede garantizar la calidad de este trance, la armonización con Dios se hace fundamental.

        Cada persona al desprenderse del cuerpo físico, pasa a mantener contacto con los más variados seres espirituales.

        Unos amigos, otros enemigos, innumerables comparsas de las reencarnaciones pasadas.

        Por eso, es primordial crearse el hábito saludable de orar antes de dormir, entregando la mente, los raciocinios y los sentimientos en las manos del Creador.

        Cuando alguien se adentra en el río del sueño no imagina con quien se encontrará.

        Eso nos ayuda a entender los sueños suaves, llenos de bellezas, repletos de alegrías, que llevan muchas personas a decir que no desearían despertar.

        Por otra parte, existen las conocidas pesadillas que son el resultado del contacto angustiante y perturbador con adversarios o enemigos, cobradores en diversas situaciones de las conductas de aquel que duerme.

        De esa manera, acostarse sintonizado con Dios se transforma en una actitud muy feliz, con el objetivo de liberarse de cualquier persecución sombría.

        “Con Dios me levanto...

        En realidad, se refiere al acto de despertar del sueño.

        Sin embargo, deseamos ir más allá sobre la idea acerca del sueño físico para alcanzar un sentido más amplio para esa expresión.

        Es fundamental que uno aprenda a levantarse con Dios en un mundo en que, por lo general, muchos individuos admiten que no es necesario reflexionar acerca de Dios.

        ¿Cuántas personas, caídas en la calle de la amargura, ruegan por la ayuda divina para erguirse de la dificultad en que se encuentran?

        Manos anónimas, manos amigas, benefactores humanos, socorristas encarnados, asistentes sociales, todo ese plantel de almas del bien representa la presencia de Dios junto a los hermanos que sufren.

        Tanto camino, tanto auxilio, tanto apoyo estimularán a aquel que sufre para que se levante y se levante con Dios.

        ¿Cuántos afrontan dramas económico-financieros, volviéndose deudores y morosos, marginados sociales, desacreditados, aunque sean honestos y conscientes de sus propios deberes?

        Esos compañeros ansían por el auxilio de amigos y de instituciones bancarias que les quiten la soga del cuello, que les ofrezcan algún oxígeno.

        Librándolos así de la sofocación en que se encuentran, para que se levanten y se levanten con Dios.

        Cualquiera que sea la caída humana, material o moral, la posibilidad de levantarse con Dios, con el apoyo del Mundo Superior, será siempre la mejor forma de levantarse en el Planeta.

* * *

        La oración es una de las mejores formas de ponernos en sintonía con los amigos espirituales.

        He aquí un hábito muy saludable: entablar conversaciones constantes, donde quiera que estemos, con nuestro Espíritu Protector y con los Espíritus afines que nos acompañan diariamente.

        Manteniéndonos en sintonía con los buenos Espíritus a través de los pensamientos elevados, de alegría, gratitud y amor, lograremos oír sus inspiraciones y sacar de ellas lo mejor para nuestro bien.

        Contemos aun más con este recurso fabuloso que tenemos: la oración y nos sorprenderemos con los buenos resultados obtenidos.

Redacción del Momento Espírita
con base en el capítulo “Levanta-te com Deus”,
del libro “Em nome de Deus”, del Espíritu José Lopes Neto,
psicografiado por Raul Teixeira, ed. Fráter, Brasil.

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