Momento Espírita
Curitiba, 22 de Dezembro de 2024
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ícone Claro oscuro

“Cuéntame...

¿Como es el sol, luna sincera?

Encántame…

Tu brillo azul, tu esfera.

 

¿Daríamos valor al día

Si la noche no nos hiciera compañía?

¿Tendría yo tu presencia, sol, astro amigo,

Si el claro fuera, del oscuro, el enemigo?

 

¿Y los colores, en la ausencia de la intensidad,

Lograrían pintar retratos con tanta propiedad?

Y la luz propia, que buscamos descubrir

¿Habría algún sentido en surgir?

 

Si todo naciera en claridad

Y de la penumbra nada surgiera…

¿Dónde estaría la felicidad

Al final de una jornada que no existiera?

 

¡Cuéntame!...

¿Como es el sol, luna sincera?

Encántame…

Tu brillo azul, tu esfera.”

 

El poema nos habla de la evolución humana y de los caminos que recorremos para alcanzar el objetivo mayor, la sublimación, la perfección.

El proceso evolutivo no da saltos. Todo en el Universo avanza gradualmente, desde las transformaciones de las galaxias, de los planetas, hasta el crecimiento moral de los Espíritus.

No hay un ser humano en el Universo que haya sido creado perfecto. La perfección es la finalidad de todos y no hay privilegios en la Creación Divina.

Los ángeles, por ejemplo, son Espíritus Superiores, que alcanzaron un nivel de belleza moral e intelectual a costa de sus propios esfuerzos.

Todos partimos, sin excepción, de la ignorancia y de la simplicidad, pero, destinados a la felicidad, a la perfección.

Seguimos nuestros caminos haciendo elecciones, guiados por la Ley mayor de Causa y Efecto, retornando al cuerpo físico incontables veces, para desarrollar nuestras virtudes, sembradas en los jardines interiores de nuestras potencialidades.

Hijos de Dios – la Inteligencia Suprema y Causa Primera de todas las cosas – tenemos las leyes mayores del Universo grabadas en nuestra conciencia.

Hijos de Dios, tenemos la posibilidad de contacto constante con el Padre, a través de la oración sincera y de la confianza fundada en los mecanismos educacionales de la vida.

Hijos de Dios, partimos de la penumbra, de la ausencia de las virtudes en el corazón, con el objetivo de conquistar la auto iluminación, lo mismo que hacen los astros del Universo, que aprendemos a llamar soles.

 

*   *   *

Todos traemos un sol potencial en nuestras almas…

Todos traemos la perfección potencial en nuestras almas…

Nos queda seguir, y seguir adelante, conquistando la felicidad en cada alborada, en cada nueva oportunidad que el Creador nos concede de dar un paso más, de hacer brillar un poco más nuestra luz.

Nos queda seguir, seguir y amar, pues no hay camino más seguro y agradable de que aquél indicado por el amor…

 

Redacción del Momento Espírita, con base en el poema Claro oscuro, de Andrey Cechelero.

 

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