La señora
Emily Pearl Kinsley frecuentemente es solicitada a hablar sobre la experiencia
de haber dado a luz a un niño con deficiencia.
En la
tentativa de ayudar a estas personas que no tienen con quien compartir sus
dificultades, Emily hace una comparación interesante. Dice ella que esperar un
bebé es como planear un fabuloso viaje de vacaciones para Italia.
Tu trazas
la ruta del viaje, compras mapas de las ciudades que deseas conocer, reservas
hoteles, buscas ropas adecuadas...
En
tus planes consta una visita a Roma, al vaticano, Florencia, Venecia... Usted
hasta aprendió algunas frases simples en italiano. Es todo muy divertido.
Después
de meses de preparativos, ¡finalmente llega el gran día!
Usted
arregla sus maletas y embarca...
Durante
las horas de vuelo, usted todavía hace algunos planes a más... Talvez una
pasadita rápida por la ciudad de Asís, para conocer la tierra del fabuloso San
Francisco...
Hasta
que al fin, después de varias horas en el aire, el avión aterriza en tierra
firme. Usted escucha con atención al comisario de bordo que dice:
-
“ Bienvenidos a Holanda!”
-
Holanda?
-
Qué quiso decir con Holanda? Yo escogí a Italia!
-
Toda mi vida soñé con conocer a Italia! Era ahí que debería haber llegado y
no en a Holanda!
Pero
no hay nada que hacer. El avión aterrizó en Holanda y es ahí que usted debe
permanecer.
Después
de la emoción inicial, usted se da cuenta que Holanda no es un mal país, es
apenas un lugar diferente... Es apenas menos ensolerado que Italia...
La
solución es salir a comprar nuevos mapas, aprender un nuevo lenguaje, rehacer
la ruta...
Después
de algún tiempo usted se dará cuenta que Holanda también tiene sus
encantos... Tiene molinos de viento, plazas floridas con tulipanes multicolores,
campos verdes y muchas otras bellezas naturales...
Lo mismo ocurre con las madres y padres que planean el nacimiento de un
hijo.
Son
meses de preparativos, planes para el futuro, expectativas y mucho cariño.
Y
cuando llega el día, al final, surge una criaturita muy especial...
El
no es apenas diferente, él es todo especial... Y por esta razón fue encaminado
a los cuidados de padres también especiales...
Padres
que sabrán que ahora necesitan reestructurar sus planes, rehacer algunas metas,
elaborar nuevas estrategias de aprendizaje y enseñanza.
Padres
que reciben del grande Padre, hijos necesitados de un poco más de atención,
cariño y dedicación.
Y
estos padres, si lograran retribuir la confianza que Dios les depositó en las
manos, tendrán su recompensa aquí mismo en la tierra, a través del corazón
enternecido de alguien que le pidió amparo y protección y fue atendido.
***
Estos
niños con deficiencias se parecen a frágiles lirios que el granizo dilaceró.
Para
que puedan recobrar el aliento, necesitan de manos fuertes lo suficiente para
ampararlos en la caminata.
Necesitan
de almas generosas lo suficiente para renunciar a la propia vida en su
beneficio.
Necesitan,
en fin, de padres que sepan encontrar motivos de felicidad en gestos
aparentemente insignificantes, pero de extrema importancia para el Creador,
Padre soberanamente misericordioso y justo.
(Equipo de redacción del Momento Espirita, basado en historia recibida del
Consejo Tutelar, Curitiba-PR.)