Momento Espírita
Curitiba, 22 de Dezembro de 2024
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ícone Promesas de amor
A las personas les gusta hacer promesas... Pero los apasionados son expertos en prometer, aunque no siempre logren cumplir lo que prometen. A mí me gustaría prometerte la felicidad eterna, pero porque sé que no podré cumplir, deseo conquistar, día tras día, a tu lado, una felicidad posible... Podría prometerte el mundo, pero eso no es algo que se pueda alcanzar, por eso deseo ofrecerme para construir contigo un mundo distinto, un mundo mejor, un mundo donde la paz no sea una ilusión. Podría prometerte la luna, pero ese magnífico satélite no está en venta. Así, deseo ejercer un suave magnetismo, atrayéndote hacia mis brazos siempre que necesites de ellos... Podría prometerte las estrellas, pero eso sería una utopía. Sin embargo, quiero y puedo ser un tenue rayo de luz, siempre que enfrentes la oscuridad en tu camino. Podría prometerte alfombrar las calles por donde andas con pétalos de flores y así suavizar tu caminar. Pero al ser imposible cumplir, deseo brindarte flores de ternura, siempre que tus pies estén cansados... Podría hacer la promesa de obsequiarte con el castillo más lujoso del mundo, pero seguramente no cumpliría... Por ello, deseo tejer con el hilo invisible del amor, un nido de fraternidad y paz, consolidado en el hogar. Podría prometerte amor exclusivo, pero no puedo hacerlo, pues otras personas ya han conquistado mi corazón. Cuando nací, los brazos de mis padres fueron mi primera cuna; cuando precisé de amigos, los encontré; cuando descubrí los lazos de ternura de mis abuelos y otros familiares, a ellos dediqué mi amor. Podría prometer recitarte las poesías más hermosas del mundo, pero no tengo ese don. Así, deseo solamente buscar las palabras correctas para decírtelas en los momentos precisos y edificar con ellas el puente del diálogo, que nos dejará próximos en todas las situaciones. Podría prometerte bellos regalos en tus cumpleaños, en cada fecha importante para nosotros, pero temo un día no lograr éxito. Por esa razón, deseo brindarte flores de amistad y afecto todos los días, porque todos los días serán importantes para nosotros. Y, si por acaso un día yo no  lo hago, socórreme ligero, pues estaré precisando mucho de ayuda. Podría prometerte una familia feliz, con hijos sanos e inteligentes, pero eso no depende de mí. Si embargo, si Dios nos confía sus hijos para alegrar nuestra unión, deseo dar lo mejor de mí en favor de esos viajantes del infinito, sean inteligentes o no, saludables o no, cariñosos o no... Podría prometerte no cometer errores jamás, pero no puedo asegurar eso, so pena de traicionarme en los minutos siguientes. No obstante, deseo dedicar esfuerzos constantes por la auto superación. Y si viniera a fallar, rogaré el perdón por mi debilidad. En fin, podría hacerte mil promesas, como tantos apasionados... Podría decirte muchas palabras sin sentido o vacías... Pero, si no prometo darte todo lo que desearía, puedo brindarte mi amor sincero. Espero que tú también no me prometas nada, sólo deseo que aceptes mi corazón, como prueba de mis más elevadas intenciones. Y, cuando un día el crepúsculo de la existencia se aproxime y nos encuentre lado a lado, ahí, entonces, podré asegurar que superamos juntos una ardua batalla, y que las promesas que no hice se realizaron...   Equipo de Redacción de Momento Espírita.

Versión en español: Roberto M.L.Roca / AD LITTERAM

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