Momento Espírita
Curitiba, 29 de Abril de 2024
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ícone El cumpleaños de mi amigo

Hoy es el aniversario de un amigo querido. Lo conocí, hace algunos años y, luego, fuimos creando raíces de afecto.

Lo interesante es que, cierta vez, viajando con él, en diálogo de improvisación, constatamos que éramos de la misma ciudad.

¿Cómo? Descubrimos que él, algunos años mayor que yo, había conocido a mi hermano y habían sido amigos. Él había llegado a frecuentar mi casa.

¿Cómo yo no lograba recordarlo ni él a mí? Bueno, en esa época yo era un mocoso, que vivía corriendo, trepando en árboles y jugando en la calle con chicos como yo.

Sin embargo, el hecho de que fuera amigo de mi querido hermano, más con él me encariñé. Es como si, en los diálogos con él, yo reencontrara un poco de la esencia del hermano que ya había realizado el gran viaje al Más Allá.

Yo lo oía y oía y me preguntaba qué habrían conversado, muchachos de la misma edad, en aquella lejana ciudad del interior gaucho, en Río Grande del Sur, Brasil.

Parecía verlos, entonces, en una creación de la memoria, en el sótano de nuestra casa, en aquel rincón que mi hermano llamaba oficina.

En verdad, su refugio. El lugar en que él tenía su aparato de radiotelefonía, con el que realizaba sus contactos, conversaba con el mundo.

¿Cuántas veces lo he visto sin grabar su rostro?

Bueno, lo importante es que hoy es el cumpleaños de ese amigo especial. Pienso en cómo podré saludarlo mejor.

¿Debo enviar un mensaje por Whats? ¿Enviar flores? ¿Cómo podría decirle mejor lo importante que es su amistad en mi vida?

En verdad, él anda un poco olvidado. Recuerda detalles mínimos de investigaciones realizadas, de su trabajo profesional, de concretados y apasionantes estudios de la Doctrina que ambos abrazamos.

Sin embargo, a veces no puede recordar el nombre de algunos conocidos. Sigo pensando: ¿Y si voy a su casa y lo abrazo personalmente, me reconocerá?

¿Podremos volver a hablar de tantas cosas tontas que hicimos juntos? ¿Como aquel viaje a París en el que él y yo nos quedamos fuera de la tienda en pleno Campo Elíseo?

Nos quedamos allí, esperando, mientras su esposa y una amiga visitaban la inmensa tienda. Nos reímos mucho, en la ocasión. Había confesado que no entraría porque los artículos eran demasiado caros.

Y él, de forma sucinta, dijo algo como: No me imagino cómo quedará el saldo de la tarjeta de crédito.

¿Y recordará de cuando visitamos, sin prisa, el Instituto de Historia Natural, la Torre Eiffel, la casa de Leonardo da Vinci en Amboise?

Cuántos recuerdos. Me gustaría que, en este día de su cumpleaños, pudiéramos recordar los buenos tiempos disfrutados, las risas, los bocadillos sabrosos, el café, la infusión.

¿Y si él no se acuerda de mí? ¿Será más doloroso para él o para mí?

Situación que nos lleva a meditar cómo la vida es una caja de sorpresas. No sabemos lo que el mañana nos depara.

Escribí este texto en su honor. Espero, sinceramente, que, al leerlo, él sonría, recordando al mocoso gaucho, al adulto que viajó con él y su esposa, de las tantas situaciones en que estuvimos juntos.

Es el mejor regalo que he diseñado para él en este día.

Redacción del Momento Espírita, en homenaje
 al amigo y empresario Danilo Allegretti.
El 23.5.2023.

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