Momento Espírita
Curitiba, 29 de Março de 2024
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ícone En mi época era bueno

¿Cuántas veces has escuchado a alguien afirmar: En mi época era bueno...; en mi infancia tal cosa era mejor o ya no se hacen las cosas como antes…?

Posiblemente, hayas reaccionado con dudas frente a las maravillas o excelencias de ese tiempo pasado, tan diferente, mucho mejor.

Por otra parte, puedes haberte mostrado con dudas frente a tanta cosa buena del pasado, cuando encuentras a personas tan difíciles, complicadas o negativas en el presente.

Lo importante para reflexionar es que todo tiempo trae cosas grandiosas y maravillosas en su seno, así como presenta cosas negativas y lamentables.

Por lo tanto, no hay razón para alabar el pasado y menospreciar el presente, cuando encontramos belleza y fealdades en uno y en otro tiempo.

Lo que caracteriza a determinada época son los individuos que renacen en ella, lo que ellos realizan y cómo sus realizaciones influyen en la sociedad en la que viven, o incluso en el mundo.

El tiempo de Jesús también fue el de Herodes, de Pilatos y de Barrabás.

Mientras el Divino Maestro sembró la luz, el amor y la paz, la criminalidad fue el legado de los demás: el homicidio, la corrupción y la cobardía moral.

La época en que vivió Adolfo Hitler, fue también el tiempo de Mohandas Gandhi y de la Madre Teresa.

Una determinada cosa no es buena porque es antigua, ni es mala porque es actual.

Lo mejor es que sepamos disfrutar de las cosas buenas, ya sean del pasado o del presente.

Aprendamos a rechazar la impostura negativa de ayer, así como la de ahora, evitando los apegos indebidos a tradiciones retrógradas y perturbadoras, o a las innovaciones irracionales y a veces criminales.

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La nostalgia representa una sensación de anhelo por un tiempo vivido, a menudo idealizado e irreal.

Ella surge del sentimiento de ya no poder más revivir ciertos momentos de la vida.

Cuando ella se desarrolla como un recordatorio feliz y optimista, que ilumina el corazón, siempre será saludable.

Sin embargo, cuando desciende al estado depresivo, negativo, de no poder retroceder en el tiempo y vivir aquel momento otra vez, ella se vuelve nociva.

Las personas que viven en el pasado suelen ser tristes y no disfrutan de lo que la vida les ofrece ahora, en el tiempo presente.

Revivir el pasado es bueno, cuando se trata de aprender de los errores y de los éxitos.

Revivir el pasado es malo, cuando la intención es la fuga de la realidad.

Entonces, reflexionemos mucho antes de decir nuevamente: en mi época era bueno.

¿Cuál es nuestro tiempo? ¿El de ayer, que no vuelve? ¿O el de ahora, cuando todavía tenemos la oportunidad de transformar, de rehacer, de cambiar?

El pasado ya no existe. El futuro aún no existe. Entre la inexistencia de estos dos tiempos, ¿qué nos queda sino vivir bien el ahora?

Pensemos en eso ya.

Redacción del Momento Espírita, con
cita del cap. 9, del libro Ações corajosas para
viver em paz, por el Espíritu Benedita Maria,
psicografía de Raul Teixeira, ed. Fráter.
El 2.7.2020.

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