Momento Espírita
Curitiba, 28 de Março de 2024
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ícone Un teléfono diferente...

¿Qué sucede cuando nuestros amores cruzan la puerta abierta de la muerte?

Aquellos de nosotros que estamos seguros de que la vida nunca termina, lloramos y oramos. Oramos por el bienestar de ellos. Oramos por nosotros mismos, para que las vibraciones de la oración nos traigan alivio al anhelo.

Sin embargo, aquellos que no tienen el apoyo de la creencia en la inmortalidad, sufren mucho más.

¿Será que los amores siguen viviendo? Si continúan viviendo, ¿ellos nos ven, nos oyen, pueden comunicarse con nosotros?

Y el dolor de la incertidumbre se suma al dolor del anhelo, haciendo difíciles los días.

En marzo de 2011, parte de la costa noroeste de Japón fue devastada por un fuerte terremoto, seguido de un violento tsunami.

Murieron unas dieciséis mil personas y dos mil quinientas desaparecieron.

Entre las víctimas, más de cuatrocientos residentes del pequeño pueblo de Otsuchi.

Incluso hoy, en medio de las ruinas y obras de la reconstrucción del lugar, los residentes viven el duelo por la pérdida de sus seres queridos.

Pensando en ayudar a esos corazones rotos, un habitante local, Itaru Sasaki ideó una curativa poética.

Él instaló una cabina telefónica en su jardín y, desde el terremoto, la puso a disposición de los residentes.

El jardín es muy hermoso, con un césped verde y flores coloridas. El teléfono, desconectado, se hizo conocido como el teléfono del viento.

La recomendación es que la persona ingrese a la cabina y cierre sus ojos. Que se quede en silencio. Que escuche atentamente.

Si escucha el sonido del viento, de una ola o de un pajarito, debe abrir el corazón para que el sentimiento pueda llegar a la persona amada que se fue.

El teléfono del viento, que no necesita de alambres, cables o tarjeta bancaria, funciona a través de la mente.

De esta manera, llueva o haga sol, todos los días las personas utilizarán el teléfono para enviar sus mensajes.

O simplemente para intentar aliviar su tristeza. Transmitir aquel mensaje nunca hablado. Como aquel hijo que se expresó así:

Hola, papá, aquí está tu hijo. Debe haber sido muy difícil para ti quedarte atrapado en un campo de concentración en Siberia.

Recientemente recibí informaciones del gobierno japonés sobre tu muerte.

He estado sufriendo por eso durante setenta años. Mi madre murió. Mi hermano menor murió. Pero mi hermano mayor y yo estamos bien.

Cuídate. Estoy hablando por el teléfono del viento. Llamaré de nuevo. Adiós.

Itaru Sasaki ideó una forma para que la persona pueda hablar con los que se fueron, a veces de forma repentina.

Las familias de luto tal vez tengan algo que decir a sus seres queridos y no saben cómo.

El teléfono del viento tiene como objetivo proporcionar una conexión de sentimientos entre los que se quedaron y los que se fueron al Más Allá.

Qué manera tan hermosa y romántica de ayudar con una comunicación que, en esencia, simplemente puede lograrse mediante el pensamiento.

El Sr. Sasaki dice, en su sabiduría de más de siete décadas: Expresar las emociones es algo difícil de hacer.

Entonces las personas vienen a expresar sus sentimientos, lo que tienen en lo más profundo de su alma.

El teléfono es solo un instrumento tangible para estimular lo que podemos hacer mediante el pensamiento, en cualquier lugar.

Pero para muchos, es el comienzo del ejercicio de una buena comunicación entre dos mundos.

 Redacción del Momento Espírita, con
base en noticia de g1.globo.com.
El 12.9.2019.

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