Momento Espírita
Curitiba, 29 de Março de 2024
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ícone La fuerza del ahora

El tiempo es solo una medida relativa de la sucesión de las cosas transitorias. La eternidad no está sujeta a ninguna medida desde el punto de vista de la duración. Para ella, no hay comienzo ni fin: todo es presente.

Esta es una de las contribuciones del Espíritu Galileo Galilei, que se encuentra en el libro La Génesis, de Allan Kardec, publicado el año 1868.

Comprender que todo es, de cierta forma, presente, cuando salimos de la esfera de las cosas transitorias, nos ayuda a ver los días de manera diferente.

Todo es ahora. Todo es este instante.

El tiempo es el resultado de un ahora que se une a otro sin solución de continuidad.

Somos nosotros los que pasamos por el tiempo. Nosotros juntamos entre si las experiencias, las acciones, nuestros actos. El tiempo es solo una forma de medir la cantidad de ellos.

Siempre somos nosotros los que pasamos por el tiempo. Nunca es el tiempo el que pasa por nosotros.

Todo lo que tenemos es el ahora, es este instante. Pasado y futuro no están bajo nuestro control, solo el presente.

Al considerarse la transitoriedad del tiempo, el ahora ya no se repetirá en las mismas circunstancias y con idénticas posibilidades…

Las aguas de un río jamás retornarán por el mismo lecho y, cuando se transforman en vapor y lluvia cayendo en la región, las circunstancias son otras.

Por eso, vivamos el ahora con intensidad y con madurez.

Vivir intensamente el ahora es una actitud de sabiduría que no puede ser aplazada. Eso equivale a experimentar las lecciones de la vida desde el punto de vista de la ética y de la moral, mediante proyectos y compromisos de autoiluminación, conquistando poco a poco las áreas sombrías de la personalidad.

Cada ahora es una dádiva de la vida para corregir, reestructurar, construir.

El individuo lúcido está despierto para todas las oportunidades que enfrenta.

Su consciencia está vigilante para sacar siempre los mejores resultados. Incluso, cuando es visitado por el mal, conseguir el aprovechamiento de lo que sea más útil.

Aunque permanezca indiferente, el ahora señala un momento de acción.

Por eso, vivamos el ahora.

Estemos completamente presentes en todo lo que hacemos, extrayendo el aprendizaje, la iluminación, la madurez.

Una mente que no para en el ahora, que está siempre en el pasado o en el futuro, en realidad no está en ningún lugar. Es casi una sombra de sí misma.

*   *   *

En un momento de vacilación, Pedro negó a Jesús tres veces.

En otro momento, Judas vio la dimensión exacta de su crimen hediondo y, arrepintiéndose, intentó impedir su ejecución.

Sin embargo, ya era tarde,porque ya había pasado el significativo ahora.

Nuestras decisiones de un instante van a reflejarse en los acontecimientos que vendrán.

No podemos retroceder para anular lo que pasó, pero podemos empezar otras iniciativas con los ojos puestos en el futuro.

Habituémonos, de esta forma, a actuar con serenidad en cada momento, de modo que podamos recorrer el curso de nuestra reencarnación con sabiduría y rectitud.

Jamás subestimemos el poder del ahora. Encendamos la luz del amor en nuestro interior, pongamos el combustible de la acción y seamos felices, desde ahora.

Redacción del Momento Espírita, con base en el cap. VI, ítem 2, del
libro
A Gênese – os milagres e as predições segundo o Espiritismo, de
Allan Kardec, ed. FEB, y en el cap. 5 del libro
Seja feliz hoje, por el
Espíritu Joanna de Ângelis, psicografia de Divaldo Pereira Franco,
ed. LEAL.
Le 19.2.2019.

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