Al
iniciarse un nuevo período de tiempo, en el que el Creador permite despertar
para actuar en el bien, es importante meditar sobre la bendición de este día
en la construcción de la alegría y de la paz tan deseadas.
No
se importe si el día ha amanecido nublado o lluvioso, con sol o borrascoso; no
se preocupe si el clima está frío o si el calor promete castigar.
Levántese
y rece, agradeciendo a Dios el hecho de haber abierto los ojos en el cuerpo físico
para un nuevo día... Ello es una ocasión de realizaciones positivas, de
progreso para usted.
No
se impaciente por darse cuenta de que, en el día de hoy, usted guarda muy poco
o ningún dinero para sus necesidades comunes.
Piense
que está con salud, y que el trabajo, por más simple que sea, es la feliz
oportunidad que la persona recibe de Dios para modificar la vida.
Ya
sea trabajando la tierra o recolectando basura, preservando la higiene; ya sea
lavando ropa o cargando fardos, sea el trabajo que sea,
agradezca al Señor, y siga adelante.
Trate
de no sentirse infeliz si se ha despertado con fiebre, debilitado, enfermo.
Usted mantiene la lucidez, puede pensar, puede actuar. Busque el socorro de
alguien, si no puede cuidarse solo.
No
desprecie la oración con que usted pedirá la ayuda divina ante su
desequilibrio orgánico. La ayuda vendrá. Espere, actuando.
Sea
como sea, usted tiene ahora en sus manos los más valiosos recursos para ser
feliz, dentro del marco de sus pruebas y merecimientos.
No
se entregue a la rebeldía, al rencor, al disgusto, al desaliento. Su día debe
ser un día lindo; su tiempo debe ser bendito.
Mientras
es el día de hoy, sea amigo de alguien, leal
y atento.
Mientras
es el día de hoy, libérese de los vicios que lo aprisionan, fiel al bien,
decidido.
Mientras
es el día de hoy, crezca un poco más, vinculado a Jesús Cristo, para que
consiga vivir un buen día, cada día que pase por usted.
Viviendo
bien su día, usted se estará preparando para el hermoso día sin nubes, sin
tormenta, sin noche, que el Creador a todos nos ofrece, después de superar los
tiempos terrestres, educándonos y valorando las horas, con disposición y
coraje, con grandeza de alma.
***
Mientras
pueda escuchar o percibir la palabra “hoy”, con la audición o con la
reflexión, en el campo fisiológico, válgase del tiempo para registrar las
sugerencias divinas y concretarlas en su marcha.
(Cap. 31 del
libro “Nossas Riquezas Maiores” Editorial Fráter Livros Espíritas.Brasil)