Momento Espírita
Curitiba, 25 de Abril de 2024
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ícone ¿Ancianos o viejos?

¿Usted se considera un persona anciana o vieja?

¿Cree que es lo mismo?

Pues entonces oiga la declaración de un anciano de setenta años:

Anciana es una persona que tiene mucha edad. Vieja es la persona que ha perdido la jovialidad.

La edad causa degeneración de las células. La vejez causa la degeneración del espíritu. Por eso ni todo anciano es viejo y hay viejos que aún no han llegado  a ser ancianos.

Usted es anciano cuando sueña. Es viejo cuando apenas duerme.

Usted es anciano cuando aún aprende. Es viejo cuando ya ni siquiera enseña.

Usted es anciano cuando practica deportes, o hace algún ejercicio físico. Es viejo cuando apenas descansa.

Usted es anciano cuando aún siente amor. Es viejo cuando sólo tiene celos y sentimiento de posesión.

Usted es anciano cuando el día de hoy es el primero del resto de su vida. Es viejo cuando todos los días parecen el último de la larga jornada.

Usted es anciano cuando su calendario tiene mañanas. Es viejo cuando su calendario sólo vive del ayer.

El anciano es la persona que ha tenido la felicidad de vivir una larga vida productiva, de haber adquirido una gran experiencia. Él es un puente entre el pasado y el presente, como el joven es un puente entre el presente y el futuro. Y es en el presente que los dos se encuentran.

Viejo es el que ha cargado el peso de los años, que en vez de transmitir experiencia a la generaciones futuras, transmite pesimismo y desilusión. Para él, no existe puente entre el pasado y el presente, existe un foso que lo separa del presente por el apego al pasado.

El anciano se renueva cada día que empieza; el viejo termina cada noche que concluye. El anciano tiene sus ojos puestos en el horizonte desde donde el sol apunta y la esperanza se ilumina.

El viejo tiene su miopía volcada hacia los tiempos que han pasado. El anciano tiene planes. El viejo tiene añoranzas. El anciano disfruta lo que resta de la vida. El viejo sufre lo que lo acerca de la muerte.

El anciano se moderniza, dialoga con la juventud, trata de comprender los nuevos tiempos. El viejo se obstina en su tiempo, se cierra en su coraza y rechaza lo moderno.

El anciano lleva una vida activa, plena de proyectos y de esperanzas. Para él el tiempo pasa rápido, pero la vejez nunca llega.

El viejo dormita en el vacío de su vida y sus horas se arrastran destituidas de sentido. Las arrugas del anciano son hermosas porque han sido horadadas por las sonrisas.  Las arrugas del viejo son feas porque fueron hincadas por la amargura.

En resumen, anciano y viejo, son dos personas que incluso pueden tener la misma edad en el registro civil, pero tienen una edad muy distinta en el corazón. 

*   *   *

La vida, en sus etapas de infancia, juventud, madurez, es una experiencia constante.

Cada etapa tiene su encanto, su dulzura, sus descubrimientos. Sabio es el que  disfruta cada una de las etapas en plenitud, y extrae de ella lo mejor. Solamente así, con la suma de las experiencias y oportunidades, al fin de sus años guardará la jovialidad de un hombre sabio.

Si usted es anciano, tenga  la esperanza de nunca volverse viejo.

 

Redacción del Momento Espírita, con base en
mensaje volante sin mención al autor.
El 9.9.2014.

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