Momento Espírita
Curitiba, 19 de Abril de 2024
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ícone Honestidad homenajeada

Creen algunos que gestos de bondad que demuestren virtudes elevadas, no deben ser divulgados, mucho menos alabados.

De ese modo, se crea una cultura para evidenciar solamente el mal, las malas acciones que ocupan los titulares, todos los días, hiriéndonos la sensibilidad, sea a través de los medios de comunicación escrita, hablada o televisada.

Es verdad que el precepto evangélico dice que la mano izquierda no debe saber lo que hace la derecha. Naturalmente, lo que Jesús enseñó es no anunciarse a sí mismo, ni hacer apología de las propias obras.

Pero, en los días en que vivimos, de tanta maldad ocupando los noticiarios, de hipocresía y de corrupción haciendo escuela, la iniciativa de un centro comercial en Australia fue no solo inusual, sino un ejemplo a ser implantado en otros lugares.

Un equipo fue contratado para producir una prueba y preparó todo en detalle, instalando equipos fotográficos y de captación de sonido, posicionando a su personal en lugares estratégicos.

Todo empieza con un joven que, deliberadamente, deja un par de gafas en el suelo de uno de los pasillos del agitado centro comercial. El resultado fue fabuloso.

Muchas personas, jóvenes, viejos, hombres y mujeres llevaron las gafas a la sección de los  objetos encontrados y perdidos. La funcionaria, de propósito entrenada, debía tener el cuidado de preguntar el nombre y, simulando enredarse, dejaba caer algo en el suelo mientras accionaba una cámara para fotografiar a quien había hecho la entrega del objeto.

Y cuando las personas pensaban que la historia terminaba allí, empezaban los homenajes. Dondequiera que iban por el centro comercial, veían sus fotos con la frase: ¡Gracias por su honestidad!

Allí estaban ellas en monitores gigantes, en los mensajes electrónicos, en los tableros de anuncios: Este es el nuevo rostro de la honestidad.

En escaparates, hasta las tortas eran personalizadas con frases como: La honesta Marina.

La reacción de ellas era de sorpresa y felicidad. Exclamaciones les brotaban como: ¡Oh, Dios mío! ¿Qué es eso? ¡Oh, mi foto!

Al final, cerca de la salida, más sorpresas: los aplausos de un pequeño comité y un bouquet de flores.

El lema de la campaña era: La honestidad no puede quedar sin recompensa.

 *  *  *

Qué bueno sería si las emisoras de radio y televisión,  si los periódicos empezasen a buscar las noticias del bien y divulgasen los actos de altruismo, de dedicación, de amor al semejante.

Qué diferente color tendría nuestro mundo. Y como resultante del contagio del bien, luego  estos gestos se multiplicarían en progresión ya sea aritmética o geométrica.

Es eso lo que el mundo necesita: buenas noticias, mostrar los rostros de quienes practican el bien.

En seguida se vería decrecer el mal, por una cuestión de imitación. Viendo tantas personas realizar cosas positivas y sabiendo como lo hicieron, ¿cuántas no se sentirían motivadas a seguir sus pasos?

Pensemos en eso y, en carácter personal,  empecemos hoy mismo a buscar las noticias positivas y a difundirlas entre nuestros conocidos, familiares y amigos.

Empecemos la cadena de la buena noticia. Empecemos a cambiar el panorama del mundo.

Tornémonos reporteros del bien, del amor y luego veremos modificarse el lugar donde vivimos, donde trabajamos.

Empecemos hoy. El mundo espera.

 

 Redacción del Momento Espírita, basada en
la narración de un hecho, obtenido en el sitio

sonoticiaboa.com.br.
En 21.5.2014.

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