De Cora Coralina, prestigiosa poetisa de la Provincia de Goiás, Brasil, extraemos el siguiente poema:

Volveré.

Mi compañero de vida será un hombre esforzado  para el trabajo, justo con el prójimo, honesto y humilde,  de pensamientos limpios.

Seremos panaderos y tendremos panaderías. Muchos hijos a nuestro alrededor.

Cada nacimiento de un hijo será solemnizado con el plantío de un árbol simbólico.

El árbol de Pablo, el árbol de Manuel, el árbol de Ruth, el árbol de Roseta.

Seremos alegres y estaremos siempre a cantar.

Nuestras panaderías tendrán haces de trigo adornando sus puertas, tendremos una hacienda y un huerto forestal.

Plantaremos caoba, jacarandá, pau ferro,  palo brasil, aruera, cedro.

Plantaré árboles para las futuras generaciones.

Mis hijos sembrarán el trigo, el maíz y serán panaderos.

Tendrán molinos, serrerías y panaderías.

Dejaré en el mundo una descendencia numerosa de hombres y mujeres profundamente enlazados al trabajo y a la tierra que los enseñaré a amar.

Moriré tranquilamente en medio de un campo de trigo o maíz, escuchando a lo lejos el cántico alegre de los segadores.

Volveré...

La piedra de mi tumba será adornada con mazorcas de trigo y cereales cosechados.

  Mi ofrenda póstuma a las hormigas que poseen sus casas bajo tierra y a los pájaros cantores que poseen sus nidos en las altas y floridas copas.

Volveré...

*  *  *

Seguramente, todos nosotros volveremos a esta tierra o a otro lugar cualquiera del Universo infinito...

La reencarnación es una Ley Divina a que todos estamos subordinados, deseándolo o no, conscientes o no de esa realidad.

El Creador nos concede  la oportunidad de continuar, en nueva existencia, aquello que en esta no pudimos lograr.

El Creador siempre abre las puertas del arrepentimiento, de la oportunidad de reparación a todos aquellos que desean volver a los brazos seguros del amor.

Si por casualidad en la existencia actual tus mayores sueños parezcan ser arrancados de tu corazón, confía en Dios.

Si ves alejarse tus planes de felicidad, embarcados en las carabelas de la enfermedad, del sufrimiento profundo, sigue confiando en Dios.

Si percibes que aún no lograrás, en esta vida, la alegría que planeas en el íntimo de tu corazón, para ti y los tuyos, ten calma y confía en Dios.

Considera la faena actual sólo como un capítulo breve de la gran obra de tu existir como Espíritu inmortal.

Guarda tus sueños y resiste al dolor, sin aflicción, sin rebeldía, entendiendo que la compañía y la acción del sufrimiento nos hace más fuertes, más preparados para merecer y conquistar la ventura mayor.

Tenga la seguridad que el sol volverá, la sonrisa resurgirá y que tú también, viajero universal del tiempo, ¡volverás!

Redacción del Momento Espírita con
transcripción de la Internet del poema
Eu voltarei, de Cora Coralina.
En 22.02.2010.