Momento Espírita
Curitiba, 26 de Abril de 2024
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ícone Verdadero liderazgo

 ¿Se considera usted una persona que ejerce algún liderazgo sobre los demás o prefiere tener un líder?

¿Si es usted un líder, qué tipo de liderazgo ejerce?

¿Y si usted está bajo el mando de un líder, qué tipos de líderes conoce? 

En realidad, no podemos afirmar que estamos solamente en la posición de líderes o subordinados a ellos, pero sí que cambiamos de una posición a la otra con frecuencia.

Algunos suelen decir que el líder verdadero ya lo es desde su nacimiento,  y de que nada vale invertir en los que no han nacido con dicho atributo.

Sin embargo, ser un buen líder significa también ser alguien que sabe aceptar el liderazgo de otros.

Robert Wong, director general de una de las empresas más grandes de empleos para ejecutivos del mundo, clasifica a los líderes en cuatro grupos:

1. Los que mandan y quieren ser obedecidos: son los líderes mediocres.

2. Los que explican y vuelven a explicar todas las veces que sean necesarias,  hasta  que sus subordinados entienda: son los buenos líderes.

3. Los que demuestran con sus propios actos lo que desean que sus subordinados hagan: son los grandes líderes.

4. Los que, por su autoridad intelectual y moral, inspiran a los que están bajo su mando: esos son los líderes supremos.

En cualquier posición que esté, recuerde que lo que importa no es mandar y ser obedecido o temido,  sino ser, sobre todo, querido y respetado.

Una de las características del verdadero líder es la autoridad, pero no el autoritarismo o el despotismo, que desea ver sus órdenes cumplidas sin que le contradigan, sino la  autoridad moral del que dice: hagan porque es posible, pues si yo lo hice sé que puede ser hecho.      

El falso líder grita antes que alguien objete su liderazgo. Por falta de argumentos golpea en la mesa y se impone por la fuerza, esparciendo temor y odio entre sus subordinados.    

 

El verdadero líder sabe que lo es y no necesita impornérselo a nadie. Por esta razón es tranquilo, seguro y confiante. Cuando llega, su presencia  tranquiliza y apacigua los ánimos. Sus subordinados lo consideran como a alguien que les inspira seguridad.     

Jesús ha sido y continúa siendo el ejemplo máximo de liderazgo que la Tierra ha  conocido.                             

Él ha ejercido y ejerce hasta nuestros días,  el tipo de liderazgo que reúne el buen  líder, el gran  líder  y el líder supremo.

Explicaba a sus discípulos las enseñanzas de que era portador, como un buen profesor que desea que sus alumnos crezcan y se conviertan en educadores también.

Demostraba, con sus propios actos, lo que sus seguidores precisaban hacer para llegar  hasta donde él  llegó.     

Inspiraba a los que, determinados, seguían su ejemplo, y continúa inspirando a todos los que en la actualidad desean acompañar sus pasos  luminosos. 

¿Usted sabía? 

¿Que la posición que ocupamos en la Tierra puede no ser la misma que disfrutemos      en el mundo espiritual?

Es común que encontremos seres que fueron líderes cuando estaban encarnados, y que pasan a depender de la ayuda de los que eran sus subordinados.

Reyes que fueron amparados por sus súbditos, reinas que recibieron socorro de sus criados y otros ejemplos similares.

En el mundo espiritual solamente se tiene en cuenta la verdadera condición intelecto-moral de los seres, pero no el cargo o  posición que se haya ocupado en el mundo.

Por eso, vale la pena tratar bien a todos, independientemente de su posición  social, pues nunca sabemos si estamos frente a un espíritu superior o inferior a nosotros.

 

fuente:

www.uol.com.br/idgnow/bus/mba.htm  - ¿Es usted un líder? Por Simone Freire

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