Momento Espírita
Curitiba, 26 de Abril de 2024
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ícone Consecuencias del sufrimiento

        Existen personas muy amargadas en el Mundo. Personas que aparentemente se muestran indiferentes al dolor ajeno, a las dificultades que tantos enfrentan.

        Cerradas en sí mismas esas personas solamente exteriorizan el resentimiento que las atormenta.

        Ellas persisten en su posición, aún cuando están rodeadas de familiares o amigos que las envuelven en manifestaciones de afecto y consideración.

        Afirman que fueron muy lastimadas, traicionadas, sufrieron en demasía y por eso se quedaron así.

        En verdad, debemos considerar que la causa de su resentimiento no son los dolores eventualmente experimentados, ya que muchas personas sufrieron mucho más que ellas y no reaccionaron igual.

        Recordemos el ejemplo de la paquistaní Mukhtar Mai.

        Para solucionar una desavenencia tribal la joven paquistaní sufrió violencia sexual por parte de varios hombres del clan, quienes se encontraban ofendidos.

        Su historia ganó los titulares. Todo porque esa joven valerosa, en vez de entregarse a la desesperación, resolvió luchar por sus derechos.

        Derechos humanos. Derechos de la mujer.

        Conocedora que centenares de mujeres en su país, todos los años, se suicidan después de sufrir agresiones semejantes a la suya u otras violencias, decidió actuar.

        Analfabeta y pobre, utilizando valores que le fueron ofrecidos por el gobierno paquistaní en un acuerdo histórico, ella fundó una escuela para niñas.

        Su objetivo es que las futuras generaciones de mujeres de su país no crezcan analfabetas como ella y que no sean víctimas indefensas de todos los tipos de barbaries.

        Directora de la escuela, en el año 2005 fue elegida la mujer del año en los Estados Unidos.

        En marzo de 2007, el Consejo Europeo le otorgó el North-South Prize de 2006 por su notable contribución a los derechos humanos.

        Ella misma, Mukhtar Mai dice: Si me quedara en casa llorando y lamentando mi destino, jamás podría mirarme en el espejo.

        A veces me quedo sofocada de indignación. Pero nunca pierdo la esperanza.

        Mi vida tiene un sentido. Mi infelicidad se volvió útil para la comunidad.

        Todos los días escucho a las niñas recitar sus lecciones, correr, conversar en el patio y reírse.

        Todas esas voces me reconfortan, alimentan mi esperanza.

        Esa escuela tenía que ser creada y continuaré luchando por ella.

        Espero que en unos años más esas niñas  tengan enseñanzas escolares suficientes para enfrentar la vida de una manera distinta.

        Lucho por mi misma y por todas las mujeres víctimas de la violencia en mi país.

        Defendiendo mis derechos de ser humano, luchando contra el principio de la justicia tribal que se opone a la ley oficial, tengo la convicción de que estoy apoyando a los propósitos de la política de mi país.

        Es un gran honor que yo pueda, por esos caminos singulares del destino, ayudar de alguna manera a mi país y a su gobierno.

        ¡Qué Dios proteja mi misión!

*   *   *

        Pensemos en el ejemplo y en las palabras de la paquistaní que continua esperando justicia, sin dejar de luchar por el bienestar general.

        Pensemos y ante los dolores que nos lleguen, decidamos por la mejor actuación: aprovechar integralmente la lección, la oportunidad, el momento.

        Utilicemos el dolor a nuestro favor y si es posible, de todos los demás que comparten con nosotros las bendiciones de este hogar llamado Tierra.


Redacción del Momento Espírita con base en el libro
Desonrada, de Mukhtar Mai, ed. BestSeller, Brasil.
En 25.08.2008.

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