Momento Espírita
Curitiba, 19 de Abril de 2024
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ícone Vivir como los árboles

        ¡Qué bella sería la vida si todos pudiéramos ser generosos como los árboles!...

        Desde la semilla pequeña emergeríamos hacia el Mundo trayendo impreso en nosotros solamente el deseo de servir.

        Observa: el árbol crece y esparce alrededor sombra, perfume y color. Donador.

        En su tronco dormitan los insectos, se abrigan los animalitos. Por entre sus ramas los pájaros hacen sus casas.

        Nacen flores en sus brotes. El mundo se perfuma alrededor suyo. Acogedor.

        Árboles gentiles que esparcen sombras a los que caminan bajo el sol fuerte, que ofrecen frutos a los hambrientos, que alegran la existencia de todos con sus colores.

        El árbol no elige a quien regalar sus dádivas. No discrimina, tampoco privilegia. Sirve.

        El árbol sigue el curso de la naturaleza. Siempre productivo y útil. No se detiene para mirar lo que hacen los demás, no apunta dificultades. Prosigue.

        Sencillo, necesita solamente sol, agua, aire y alimento. Nada exige. Crece.

        Cuando sus ramas se alargan en ramajes fuertes, se las ofrece a los juegos y diversiones. En ellas los niños hacen casas para jugar y columpios. Se dona a los más jóvenes. Concede.

        El árbol ofrece todo y nada espera a cambio. Hasta se somete a quienes le tiran piedras para recoger a sus frutos maduros.  La savia vierte de su tronco herido, pero el… Ah, lo tolera.

        El árbol con sus raíces fuertes y profundas se muestra firme, a pesar de la fuerza de las tempestades. Resiste.

        Y si el viejo tronco se muestra lleno de nudos indicando edad avanzada, siempre existe el frescor de las ramas nuevas, de los brotes verdes-claros. Se renueva.

        Los árboles crecen en todas partes, inclusive en las encuestas de los montes y en los abismos peligrosos. Aun mismo en sitios adversos, el árbol permanece imponente – sin jamás perder la grandiosidad. Fuerte.

        Busca en la tierra oscura, entre los gusanos pequeños, lodo y estiércol, el material con el que hace los frutos sabrosos que sacian el hambre de muchos. Transformador.

        Si es derribado por el hacha de la impiedad, aún así se transmuta en muebles útiles, casas seguras y calor en las chimeneas encendidas. Perdona.

        Silencioso, el árbol cumple su trayectoria. Deberíamos todos buscar en ese ejemplo de generosidad  que viene de la naturaleza, un modelo de vida.

        Vale la pena vivir así: empeñado en ser útil, sin dejarse abatir por las tempestades emocionales, ofreciendo los dones a todos. Firme, dócil, generoso.

        Acuérdate que hoy es un día más en tu vida y surgirán decenas de oportunidades para servir a alguien, perdonar al otro, ser útil y gentil, sencillo y amoroso.

        Sé hoy como el árbol que se viste de flores y frutos para hacer felices a los demás.

* * *

        En los panoramas vivos de la Tierra,desde su formación, el árbol generoso es la imagen de la Creación.

        Es la vida de Dios que nos ama,que nos protege y nos cuida, que hizo la bendición de la noche y la bendición de la luz del día.

        Es la santa hermana de Jesús esa planta bendecida:si vive, palpita en Dios;si muere, transmite la vida.

Redacción del Momento Espírita y reflexión final  extraída del capítulo 43,
del libro
Cartilha da naturaza, por el Espíritu Casimiro Cunha,
psicografía de Francisco Cândido Xavier, ed. FEB, Brasil
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En 16.07.2008.

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