Madre Teresa de Calcuta, que ganó el premio Nóbel de la paz, entre
tantos ejemplos dejó también textos escritos de gran valor. Ella escribió:
“¿tú sabes cuál ha sido el día más hermoso? Hoy.”
Tenía
razón. Nada se iguala al día que se está viviendo. Ayer es el pasado, ya nos
ha traído la experiencia y el día de mañana aún no es realidad.
¿Y lo más fácil? Equivocarse.
Con seguridad. ¿Cuántas veces, en el mismo día, cometemos errores? Por
apresuramiento, damos informaciones
incorrectas, hacemos una anotación errónea por descuido, y así sucesivamente.
¿Cuál es el regalo más valioso? El perdón.
Sí, el perdón que es siempre extraordinario para quien lo recibe, pues
normalmente, lo espera ansioso, deseando de alguna forma redimirse por la falta
practicada. Es suficiente que recordemos cómo nos sentimos preocupados cuando
ofendemos a un amigo y quedamos a la espera de tener una oportunidad para vernos
de nuevo a su lado, y compensar el error de alguna manera.
¿Cuáles son las personas más necesarias? Los padres.
Ellos nos dan el cuerpo, nos alimentan, nos educan. Ellos nos protegen en
los primeros años, cuando somos frágiles, incapaces de vivir y caminar por
nuestros propios medios. Son ellos que nos acompañan, año tras año, siempre
amigos, atentos, cuidadosos.
¿Y los mayores profesores? Los niños.
Sin duda alguna, los niños, por su forma espontánea de actuar, nos dan
muchos ejemplos de la mejor manera de portarnos en la vida.
Los niños son sencillos. Expresan con facilidad su cariño. Luchan por
lo que desean. No tienen vergüenza de llorar.
¿La mejor medicina? El optimismo.
El que lleva la vida con optimismo, jamás se entrega al desaliento.
Consigue siempre fuerzas renovadas para luchar y vencer.
¿La expresión más eficaz? La sonrisa.
La sonrisa conquista simpatías. Cuando estamos en lugares extraños,
entre desconocidos, cuando todos parecen un poco asustados, la sonrisa de
alguien nos reconforta, y puede ser el principio de un diálogo, un poco más
tarde.
¿La fuerza más potente del universo?
La fe.
No fue otro el motivo por el cual Jesús, hablando a respecto de la fe,
dijo que si la tuviéramos del tamaño de una semilla de mostaza, lograríamos
mover montañas. Recordemos la mostaza, tiene una de las semillas más pequeñas.
Se puede decir minúscula.
Finalmente, ¿La cosa más hermosa? El amor.
El amor le pone color al paisaje, el amor alimenta y da fuerzas. Por amor, una criatura se entrega a otra y se convierte en copartícipe de Dios en la procreación. Por amor, un Espíritu Excelso vino a la Tierra, cantó y vivió el amor, dejando, al partir, el poema de amor más bello que la Tierra ha conocido: El Evangelio.
***
Empiece su día agradeciendo a Dios, por la bendición de la vida.
Levántese con calma.
Si usted tiene alguna contrariedad del día anterior,
haga como el sol: olvídese de la sombra y brille otra vez.
Ayude a su familia, compañeros y amigos con su palabra de comprensión y
esperanza.
Use la sonrisa con abundancia y descubrirá cómo ella le traerá un
precioso beneficio de colaboración y felicidad.
Recuerde que la fórmula de la felicidad recomienda tener para todo y con
todos la disposición de cooperar para el bien.
Fuentes:
Revista
Harmonia, dic/99, número 62 – Mensaje de la juventud
(Madre Teresa de Calcuta)
Libro
“Sinal verde” , caps. 1 y 2