Momento Espírita
Curitiba, 25 de Abril de 2024
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ícone Pesimismo

        Vez u otra una ola de pesimismo barre el País.

        Se habla en crisis, crisis muy seria, y la ola les va contaminando a las personas.

        Uno entra en el Supermercado y escucha una queja de los precios. Ya no se puede comprar nada. El dinero no da.

        Pero quien así lo habla no sale de manos vacías. Por el contrario, sale con paquetes y hasta bolsas.

        El sueldo está una miseria.

        Que el sueldo anda desfasado, está correcto. Pero miseria es exagero.

        Lo  que ocurre es que se está pintando con tintas muy negras el cielo del presente.

        Todo eso nos recuerda una historia que vimos en una revista de gran circulación nacional.

        Un hombre vivía a la orilla de la carretera y vendía perritos calientes.

        No tenía radio tampoco leía el periódico. En compensación, su perrito caliente era muy especial.

        Él ha resuelto poner un cartel en la orilla de la carretera, anunciando a su mercancía.

        Las personas paraban y compraban.

        Entonces, él aumentó el pedido de pan y salchichas, y terminó por construir una tienda.

        El negocio creció. El hombre ha resuelto llamar a su hijo que estudiaba en la Universidad, para ayudarlo con el negocio.

        El hijo llegó y le dijo a su padre: Papá, ¿usted no escucha la radio? ¿No lee los periódicos? ¿No sabe que hay una crisis en el País y que la situación internacional es muy peligrosa?

        Delante de eso, el padre pensó: Mi hijo estudió en la Universidad, escucha la radio y lee los periódicos. Él debe de  saber lo que está diciendo.

        Entonces, redujo los pedidos de pan y salchichas, sacó el cartel de la orilla de la carretera y no se quedó más por allí divulgando a sus perritos calientes.

        Las vendas cayeron del día para la noche.

        Convencido, el padre le dijo al hijo: Tenías razón, hijo, la crisis es muy seria.

        Crisis se combate con trabajo, con buen ánimo, con esperanza. Esperanza de días mejores.

        Por más semejantes que sean, los días no son iguales.

        La lluvia que ayer cayó no es la misma de hoy, pues las gotas son otras.

        El sol que ayer brilló no lo hace hoy de la misma manera.

        Los árboles de la calle ya no están con el mismo número de hojas de ayer. El viento arrancó a algunas, otras cayeron por si mismas.

        Hay una flor en el jardín por donde pasas. Flor que ayer era solo botón.

        Las personas que encontraste en el autobús, en la calle no son exactamente las mismas.

        ¿Ya observaste que en esas pequeñas cosas está el mensaje de Dios de que nada se repite exactamente igual?

        Cada día es un nuevo día.

        Oportunidades nuevas, posibilidades que se presentan.

        El sol que se muestra golpeando a  las tinieblas de la noche que teman en quedarse es el mensaje de buen ánimo.

        ¡Sol, claridad, nuevo día! ¡Golpea las brumas del pesimismo con el sol de tu sonrisa, con tu disposición para vencer!

        ¡Hoy es un día sin igual! Horas como las de hoy nunca las tuvimos antes. ¡Ánimo! ¡Hoy es día de vencer, de triunfar!

        Tornemos nuestro fardo ligero, con Jesús en el corazón y mucha disposición para vencer. ¡El cristiano nació para ser un triunfador!

*   *   *

        Abrahán Lincoln, el décimo sexto Presidente de los Estados Unidos de América del Norte, se presentó como candidato para la Cámara y para el Senado dos veces y las perdió a las dos.

        Durante la Guerra de Secesión perdió diversas e importantes batallas y perdió la popularidad también.

        Él nunca se mostró pesimista y es considerado una de las más notables personalidades de la Historia de la Humanidad.

Redacción del Momento Espírita.
En 20.06.2008.

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