Momento Espírita
Curitiba, 24 de Abril de 2024
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ícone Decisión por la vida

El último fin de semana de mayo de 1995, el actor Christopher Reeve, más conocido como súper-hombre participaba de una competición hípica y sufrió una tremenda caída.

Su cuerpo, de 1.93m y 97 kilos, aterrizó de cabeza, rompiéndose las dos vértebras cervicales superiores.

Cuando el médico le dijo que tendría que enfrentar una delicada cirugía y que quizás no sobreviviera,  pensó en morir.

¿No sería mejor? Al fin de cuentas le ahorraría a todos un montón de problemas.

La vida se hizo difícil. Cuando la familia y los amigos llegaban él se sentía feliz. Pero cuando todos se marchaban y se quedaba allí, sólo, echado, mirando las paredes, realmente se sentía muy  triste.

Inmóvil, lograba adormecer y soñar. Soñar que estaba de nuevo cabalgando, representando. Al despertarse, se daba cuenta que no podría hacer nada más de todo aquello.

Su esposa, con quien se había casado tres años antes, entró un día en la habitación del hospital y le dijo: “quiero que sepas que estaré contigo hasta el final, no importa lo que suceda. Tú aún eres tú y yo te amo.”

Él movió los labios, y le respondió: “eso está mucho más allá de los votos del casamiento: en la salud y en la enfermedad.”

Aquel día él decidió que viviría. Días más tarde, su hijito de tres años también le trajo nuevas esperanzas.

El niño jugaba en el suelo cuando de repente miró hacia arriba y dijo:

- Mamá,  papá no mueve más los brazos. Sí,  concordó la madre. Es  verdad.

- Papá  no puede más correr, continuó el niño. La madre volvió a concordar.

Entonces el chico hizo una pausa, frunció el ceño como si estuviera  concentrándose  y dijo alegre:

- ¡Pero papá todavía puede sonreírse!

Eso hizo con que el actor decidiera definitivamente no partir. Viviría, aprendería a respirar sin la ayuda de la máquina. Viviría, aunque fuera para siempre en una silla de ruedas, sin moverse.

Él tenía una familia. Y esa familia lo amaba. Recientemente, tuvo la oportunidad de narrar para una revista: ”estoy feliz por haber decidido vivir. Los que están cerca de mí  también se sienten felices.

En noviembre de 1995, en el día de acción de gracias,  fui para casa a pasar el día con mi familia por la primera vez desde el accidente. Cuando volví a ver nuestro hogar, sollocé,  mientras Dana, mi esposa, me abrazaba.

A la hora de la cena, cada uno de nosotros dijo algunas palabras sobre lo que estábamos agradeciendo.

Cuando llegó la vez del pequeño de tres años, él dijo simplemente:  ¡Papá! 

***

La familia es de gran importancia para el hombre.

El amor es el poder creador más vigoroso de que se tiene noticias en el mundo.

Su vigor es responsable  por las obras grandiosas de la humanidad.

En un hogar, donde reina el amor, todas las dificultades pueden ser superadas, porque este sentimiento impulsa al individuo hacia delante y se hace  refugio para la victoria sobre todos los percances.

Fuente

Revista Selecciones del Reader's Digest abril/2000 – La decisión de Christopher Reeve

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