Momento Espírita
Curitiba, 28 de Março de 2024
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ícone La primera mirada

        “La primera mirada es el momento en que la vida pasa de la somnolencia a la alborada.

        Es la primera llama que ilumina la intimidad más profunda del corazón.Es la primera nota mágica arrancada de las cuerdas de plata de un sentimiento que podrá nacer.

        Es aquél momento instantáneo en el que se abren delante del alma las crónicas del tiempo, y se revelan a los ojos las proezas de la noche y las voces de la conciencia.

        Es ella quien abre los secretos de la Eternidad para el futuro.

        Es la semilla lanzada y esparcida por los ojos del ser amado en el paisaje del amor, después regada y cuidada por el afecto y finalmente cosechada por el alma.”


        Nada más lleno de esperanza que la primera mirada.

        Ninguna expectativa vana, pues aún no hubo tiempo de esperar. Ningún sentimiento fugaz, pues aún no ha llegado el tiempo de sentir.

        Nada interfiere en la primera mirada, durante los infinitos segundos en que sobrevive.

        No existe el tiempo. Ni el espacio. Solo las miradas que se cruzan por primera vez.

        ¿Qué buscan al dejarse perder? ¿Qué dicen? ¿Cuándo dicen? Respuestas que no surgirán.

        Aunque le sigan otras miradas, aunque los ojos decidan enamorarse y que se visiten diariamente en cada amanecer, el recuerdo de la primera se impregna en la retina del alma, en la historia del Espíritu.

        Y ¿cuántas “primeras miradas” en este preciso momento?

        Cuántas vidas amanecen con ellas, mientras vemos pasar automóviles con prisa. Mientras miramos las ventanas, las personas. Mientras consideramos – apenas, entonces, solamente.

        Cuántas nuevas oportunidades son dadas a la vida en esos éxtasis sencillos y transparentes…

        Cuántas nuevas fuerzas, nuevas oportunidades, nuevas visiones sobre un mundo antiguo…

        Cuántos reencuentros velados por el olvido de la memoria, se entregan por el recuerdo del corazón…

        ¿Qué sería del amor sin la primera mirada?

        Celebremos el amor que nace, el amor que promete, el amor potencial.

        Celebremos el germen de la misma forma que festejamos el fruto dulce.

        Exaltemos el deseo de ser mariposa, encontrado en el gusano que nace.

        Festejemos cada nuevo amor de la misma manera que exultamos al recibir un niño en el Mundo.

        No nos dejemos llevar por el pesimismo destruidor de corazones destrozados, que aún no permitieron que el tiempo cicatrizara sus llagas.

        No desistamos tan fácilmente de las potencialidades humanas, bajo expresiones de autodestrucción como: “No hay manera”. “Está cada día peor”. “Es el fin de todo”.

        Creer en el amor que está por venir es creer en la supervivencia de la vida y luchar por ella.

* * *

        “El amor es de esencia divina, y desde el primero hasta el último poseéis en el fondo del corazón la chispa de ese fuego sagrado.”

        “El amor está en todas partes en la Naturaleza, invitándonos a ejercer nuestra inteligencia; hasta se encuentra en el movimiento de los astros.

        El amor es el que adorna a la Naturaleza con sus ricos tapices y pasa y fija su mirada en donde encuentra flores y perfumes; también es el que da paz a los hombres, calma al mar, silencio a los vientos y tregua al dolor.”

Redacción del Momento Espírita con base en el texto de Khalil Gibran,
del libro “A voz do Mestre”, ed. “Claridade”; del ítem XVI
de la introducción y el ítem 9 del cap XI de El evangelio
según el Espiritismo, de Allan Kardec, ed. Feb.

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