Momento Espírita
Curitiba, 18 de Abril de 2024
busca   
no título  |  no texto   
ícone La neutralidad de los medios

Hace algunos siglos, la Humanidad tenía miedo del progreso por pensar que, con el adelanto, podrían crearse situaciones incontrolables.

 Se pensaba, por ejemplo, que los hombres serían dominados por sus propias invenciones y, por este motivo, la ficción tuvo gran éxito en las pantallas de los cines.

Robots fuera de control, seres monstruosos creados por los hombres y que se volverían contra ellos, entre otras ficciones no menos asustadoras, hicieron que muchas personas abominasen el avance tecnológico.

Como el progreso es ley natural y todos estamos sometidos a ella, no podemos detener  su marcha, so pena de ser atropellados por su fuerza.

Hoy, como el progreso está presente en casi todas las áreas del conocimiento humano, podemos percibir claramente que las invenciones y avances tecnológicos no son problemas en si mismo, ya que son neutros.

La cuestión es ética, porque las personas que utilizan de la tecnología no están moralmente aptas a utilizarlas con buen sentido y discernimiento.

Las investigaciones que permitieron la producción de la bomba atómica, ciertamente no tenían como primer objetivo la destrucción de vidas humanas. Las personas que la utilizaran para tal fin lo hicieron equivocadamente.

Los diversos medios de comunicación conquistados con el progreso son neutros, sirven tanto para salvar vidas como para aniquilarlas, según el nivel moral de quienes los utilicen.

Las posibilidades que la Internet propicia, en los días actuales, son neutras. Sin embargo, su mal uso es que provoca daños.

Mientras personas de buen sentido la utilizan para disminuir las distancias en los intercambios de informaciones útiles para el bien general, otras, la utilizan para difundir las miserias de sus propias almas.

Mientras unos divulgan conocimientos edificantes y mensajes de consuelo y esperanza, otros enseñan a construir bombas, practicar el terrorismo, la corrupción y tantas otras basuras morales en las cuales se complacen.

Las posibilidades personales son también utilizadas de acuerdo a la moralidad de cada individuo. Mientras hombres nobles hacen uso de su inteligencia para dignificar la vida, otros la utilizan para matar, corromper, aniquilar.

Como se puede percibir, no son los factores intermediarios que provocan daños a la sociedad, pero si, la manera como son utilizados por los hombres.

Cuando la Humanidad logre equilibrar la moral con los conocimientos, esos hechos negativos desaparecerán, junto con las causas que los originan.

Dios, que coordina todo con sus leyes perfectas e inmutables, hará que nos ajustemos al progreso, y percibiremos, aunque lentamente, que todo árbol que Él no plantó será arrancado.

El progreso es un árbol bueno y fructificará. La maldad que se utiliza del progreso para diseminarse, será arrancada, pues no fue plantada por Dios.

Eso ocurrirá, y aunque trascurra mucho tiempo, todo será de acuerdo con la planificación mayor de la Divinidad.

*   *   *

Todo lo que hacemos y pensamos está siendo contabilizado por las Leyes Divinas. Responderemos por todas las acciones que practicamos, más temprano o más tarde.

En razón de eso, entendemos porque existe, por ejemplo, la idiotez. El mal uso de la inteligencia lesiona regiones nobles del cerebro psicosomático, que en otra existencia formará un nuevo cuerpo físico con las secuelas correspondientes. 

 

Redacción del Momento Espírita.

Traducción: Vera Regina de Sousa, Miguel Ángel Gill y Lincoln Barros de Sousa

© Copyright - Momento Espírita - 2024 - Todos os direitos reservados - No ar desde 28/03/1998